El primer ministro de Grecia, Antonis Samarás, encontró este viernes apoyo en la canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, para buscar medidas que suavicen las condiciones de los préstamos concedidos.
Al término de la reunión mantenida en Berlín, Samarás aseguró que su país presentaría en 2014 un superávit primario y señaló que gracias a «los enormes sacrificios del pueblo griego, estamos entrando en una fase de recuperación y ya vemos la luz al final del túnel».
Para el jefe de Gobierno heleno las reformas estructurales están dando sus frutos «equilibrando nuestra balanza comercial después de décadas y mejorando la competitividad».
Reiteró su promesa de que no habría más recortes salariales, ni de pensiones, ni tampoco subidas de impuestos más allá de lo ya acordado, y mostró su confianza en conseguir cerrar de manera favorable las negociaciones con los acreedores extranjeros para acceder a la entrega de mil millones de euros.
Aunque negó haber solicitado a Merkel mejoras financieras en las condiciones del préstamo, Samarás matizó que esa posibilidad podría plantearse en abril del próximo año, una vez que se cuente con los resultados oficiales del año 2013.
Sin embargo, la gobernante alemana consideró posible llevar a cabo cierta flexibilización para la devolución de la deuda siempre que se cumplan ciertas condiciones, entre las que se encuentra la obtención del citado superávit primario.
Merkel admitió haberse logrado algunas de las reformas económicas, y aunque dijo que aún quedaba mucho por hacer se mostró impresionada por el trabajo realizado en Grecia y afirmó «ver los primeros frutos de lo realizado por el gobierno griego».
Alemania, que es el mayor contribuyente a la deuda griega, ha mostrado su rechazo en repetidas ocasiones a realizar una nueva quita que reduzca los insostenibles niveles en los que se encuentra y que hipotecan cualquier posibilidad de crecimiento de la economía real.