Las autoridades sanitarias chinas prometieron hoy movilizar cuantos recursos sean necesarios para combatir a nivel nacional una cepa letal de la fiebre aviaria y proceder con total transparencia en la información sobre ese virus.
Hasta anoche se habían confirmado 14 casos del virus H7N9 y cinco muertes, la última de ellas la de un hombre de 48 años que falleció el jueves en Shanghai y que se dedicada a la transportación de aves.
Los casos están distribuidos en Jiangsu, Shanghai, Anhui y Zhejiang, con cuatro, seis, uno y tres, respectivamente.
Reportes publicados hoy por la prensa local informaron de una reunión sostenida entre representantes de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la infección del H7N9.
Una declaración publicada anoche en la página web de ese organismo recientemente creado con la unión del Ministerio de Salud y la Administración de Planificación Familiar, indicó que China mantendrá intercambios abiertos y transparentes con la OMS, otros países y regiones.
También señaló que se incrementará la supervisión, se adoptarán las medidas necesarias y se destinará todo el sistema nacional de salud para combatir el virus.
Voceros de la OMS insisten en que son pocas las posibilidades de que el H7N9 se convierta en epidemia, ya que no existe contagio entre humanos.
Desde el miércoles, las autoridades de salud han solicitados a todas sus dependencias establecer un reporte diario para confirmar casos de la enfermedad y emitieron una guía para su tratamiento y prevención que permita identificar síntomas clínicos en la fase latente.
Aunque las fuentes de la infección no están totalmente claras, los especialistas en China dijeron que sobre la base de experiencias pasadas y recientes estudios epidemiológicos existe la posibilidad de que el virus provenga de las aves, sus secreciones o excrementos.
Funcionarios del Ministerio de la Agricultura informaron ayer que el H7N9 había sido detectado en pruebas hechas en palomas recolectadas en un mercado de Shanghai
Esas aves fueron analizadas en el laboratorio de referencia nacional para la fiebre aviaria, el cual confirmó que el tipo de virus detectado era similar al hallado en los enfermos.
Luego de ese reporte, las autoridades de Shanghai cerraron áreas de los mercados de la zona dedicadas a la venta de aves vivas y comenzaron a sacrificarlas para evitar contagios.
La enfermedad se refleja en su fase latente de siete días con síntomas similares a los de cualquier resfriado común con fiebre por encima de los 38 grados, tos y dolores de cabeza.