Habitantes de la ciudad de Iquique, en el norte de Chile, protestaron hoy por la falta de ayuda ante la escasez de productos primarios luego del terremoto de 8,2 grados Richter que afectó el 1 de abril a las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá.
Esta es la segunda protesta, con toma de caminos y barricadas, que se produce en Iquique, luego de que los habitantes del sector de las Dumas protestaran la noche del viernes.
Pero ahora, son los habitantes de la población Laguna Verde, en la parte alta de la ciudad costera, quienes se tomaron las calles encendiendo neumáticos y basura.
De acuerdo con los vecinos del sector, hay más de 250 casas con serios daños, y no han recibido ayuda hasta el momento, de manera que las familias han debido dormir en las mismas viviendas con los riesgos que esto implica.
Los manifestantes indican que se sienten «abandonados por las autoridades», pese a que la misma presidenta Michelle Bachelet y una comitiva de ministro viajaron a la zona al otro día del terremoto.
Indican que aún no cuentan con servicios básicos como agua y electricidad desde el día del sismo, además de producirse robos en el sector por falta de protección policial, la que se ha preocupado sólo de dar seguridad al comercio y los sectores de mayores ingresos.
«Nos hemos juntado como vecinos para cuidar nuestras casas. A los más ricos les ponen policías y militares y a nosotros nada. Desde el primer terremoto que estamos sin luz ni agua», indicó una de las manifestantes.
Pero al igual que anoche, la policía no intervino para disolver la manifestación y se envió un delegado del gobierno a resolver la situación.
El secretario ministerial regional (seremi) de Vivenda de Tarapacá, Luis Astudillo, se comprometió con los vecinos a traerles ayuda, realizar un catastro de viviendas dañadas y traer baños químicos al sector, debido a la falta de agua.
El 1 de abril un terremoto de 8,2 grados afectó a todo el norte de Chile, seguido de una alerta de tsunami para todo el borde costero del país.
El día 2 de abril en la noche una réplica de 7,6 grados Richter afectó a Arica y Parinacota como Tarapacá, produciendo una nueva alerta de tsunami. Cerca de 900.000 personas debieron evacuar sus casas en cada noche, mientras que las regiones afectadas sufrieron daños en su infraestructura de caminos y suministros de energía y agua, las cuales estarían siendo reparadas.