Más de un centenar de trabajadores de Bankia se concentraron este lunes frente a la sede principal de esa entidad financiera en Madrid, en rechazo a los despidos previstos en los bancos españoles nacionalizados.
La jornada de protesta, que se extendió a otras capitales de provincia, fue convocada por las dos centrales sindicales mayoritarias de este país, Comisiones Obreras (CC.OO.) y Unión General de Trabajadores (UGT).
Consistió en movilizaciones ante las oficinas centrales de bancos intervenidos por el Gobierno.
Según cálculos de ambas asociaciones, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 el sector financiero de este país perdió más de 35 mil empleos.
Bankia, el mayor de los bancos nacionalizados, anunció el pasado día 11 que dejará en la calle a unos cinco mil empleados para cumplir con las directrices marcadas por la Unión Europea (UE), entre las cuales se incluyen, además, rebajas salariales.
CC.OO. y la UGT denunciaron que el próximo año se producirán otros 18 mil 500 despidos en el sector financiero.
Advirtieron que España está asistiendo a un gran ataque al empleo, y lamentaron que los excesos de los banqueros los estén sufriendo directamente los trabajadores del sector y miles de familias que van a verse afectadas.
Daniel Esteban, secretario de la Federación de Servicios de la UGT-Madrid, calificó de desproporcionados los despidos y las rebajas salariales y reclamó una negociación justa.
No creemos que los trabajadores tengamos que pagar todos los platos rotos del sistema financiero, acotó.
La Comisión Europea (CE, Ejecutivo de la UE) aprobó el pasado 28 de noviembre los planes de reestructuración del gobierno conservador de Mariano Rajoy para sanear su deteriorado sector bancario.
Ese día, la CE desbloqueo el primer paquete de ayuda, de unos 37 mil millones de euros, destinado a capitalizar a BFA-Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia Banco y Banco de Valencia, fuertemente afectados por el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Dicha reorganización supondrá para las entidades una reducción de su volumen de activos del 60 por ciento de media, mientras su red de oficinas quedará rebajada a la mitad, precisó el vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, Joaquín Almunia.
Achicar su negocio un 60 por ciento las obligará a disminuir los sueldos, cerrar numerosas sucursales y a llevar a cabo despidos masivos.