Cientos de residentes de Long Island protestaron este viernes públicamente ante autoridades de Nueva York luego de 11 días sin electricidad y bajo racionamiento de combustibles en las estaciones de bombeo.
La representante demócrata Carolyn McCarthy trató de calmar a sus compatriotas y explicó en un comunicado que «todos estamos sufriendo. Debemos permanecer unidos para enfrentar juntos estos malos momentos».
Es cierto que vamos a ver largas filas por gasolina durante un par de semanas, pedimos la colaboración de las empresas para evitar potenciales desórdenes, se limitó a comentar ante reporteros el alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg.
Más de 172 mil residentes en la urbe norteamericana permanecían este viernes sin energía eléctrica como consecuencia del impacto del huracán Sandy, que golpeó con fuertes lluvias y vientos un área nororiental donde viven casi 60 millones de personas.
La activista social Kate Murray exigió ante cadenas de televisión respuestas más concretas de los políticos y de la junta directiva en la compañía Long Island Power Authority (LIPA), responsable por el suministro eléctrico en la jurisdicción.
Donde están todos ellos, les pedimos acciones y conclusiones todos los días, pero no vemos que aparezcan por aquí. Están desatendiendo sus deberes frente a la población, subrayó Murray.
Tony Santino, otro portavoz comunitario en la llamada Gran Manzana, sugirió al gobierno federal del recién electo presidente Barack Obama, enviar a la Guardia Nacional a Long Island porque la situación de los apagones y penurias derivadas ya es insoportable, dijo.
En una escueta comunicación por escrito, la LIPA aclaró que tienen a más ocho mil 200 operadores de líneas en la calle para la reparación de daños y que se han registrado progresos.