Durante la sesión especial de la Asamblea Nacional, en el estado Zulia, con motivo de los 100 años de la puesta en operaciones del pozo petrolero Zumaque I, el ministro del Poder Popular para el Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, afirmó este martes que con la Revolución Bolivariana, el llamado oro negro se ha convertido en un instrumento de liberación del pueblo venezolano.
El también presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) resaltó que hoy es un día para la reflexión en torno a uno de los temas fundamentales del país, la política petrolera. «En nuestro país el petróleo está estrechamente vinculado con el interés nacional», subrayó Ramírez durante una transmisión en vivo del canal estatal Venezolana de Televisión.
Señaló que la explotación de petróleo nacional continuará su historia por lo menos en los próximos 150 años para el beneficio de los venezolanos, al tiempo que aseguró que Venezuela debe reconocerse a sí misma como una nación petrolera.
«Nosotros como pueblo consciente no podemos aceptar la pretensión de las grandes potencias industrializadas de renunciar a la defensa de nuestros intereses como país productor de petróleo, de pretender estigmatizarlo como una maldición», instó.
Recordó que la actividad petrolera durante los últimos 100 años ha impactado de manera «dramática» el devenir económico, político y social de la historia de Venezuela. «Probablemente el mayor impacto ha radicado en el hecho de que el inicio de la producción petrolera abrió las puertas a la penetración y al accionar devastador del imperialismo norteamericano en nuestro país», agregó.
En ese sentido, sostuvo que el Estado debe ser garante del interés colectivo de la sociedad. «El petróleo no puede ser de ninguna manera puesto al servicio del interés particular e individual ni privatizado bajo ninguna circunstancia», recalcó.
«La implantación de la estrategia transnacional petrolera creó y desarrolló el modelo rentista petrolero que hoy padecemos y que es una enemiga estratégica del avance de nuestra patria, así durante casi 90 años se estableció en el país un modelo capitalista profundamente atrasado y dependiente de la economía norteamericana con un escaso desarrollo de las fuerzas productivas y alto nivel de desigualdad económica y social», rememoró.
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