El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, llamó este domingo a Latinoamérica a utilizar la puerta que ofrece su país para abrirse a Europa, al intervenir en la primera cumbre Celac-UE, en esta capital.
Durante una reunión a puertas cerradas, en el marco de la cita cimera de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), Rajoy elogió a Latinoamérica por enfrentar la crisis económica mundial mucho mejor que los europeos, aunque nadie esta exento de riesgos, apuntó.
El estadista ibérico recordó que su nación generó importantes inversiones en este hemisferio y defendió la vocación de permanencia de las empresas españolas, todo ello en medio de los llamados de varios estados de la Celac a establecer una relación comercial mutuamente ventajosa y de intercambio de tecnologías.
Ante la actual crisis, que mantiene desempleados a casi seis millones de españoles, Rajoy abogó porque tal relación sea bilateral y se pronunció por reforzar la seguridad jurídica, con la existencia de reglas claras y estables.
El gobernante español, cuyo Partido Popular enfrenta un escándalo de desvío de fondos públicos, fue anfitrión el pasado año de la XXII Cumbre Iberoamericana, donde Europa debió escuchar experiencias de Latinoamérica para enfrentar la recesión y críticas a sus políticas de ajustes.
De acuerdo con fuentes gubernamentales españolas, citadas por la prensa en esta urbe, Rajoy aprovechó su estancia en la primera cumbre Celac-UE para conversar ayer y hoy con la canciller federal alemana, Angela Merkel, con quien mantiene diferencias sobre las vías de salida a la crisis europea.
El jefe del gobierno español también dialogó con los presidentes del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, sobre la discusión del proyecto de presupuesto europeo para el periodo 2014-2020 en la cumbre de la UE en Bruselas, el 7 y 8 de febrero.
Tras varias reuniones en los últimos tres meses, los 27 fracasaron en llegar a un arreglo sobre ese presupuesto, pues naciones como Alemania y el Reino Unido exigen reducciones de los gastos y otros como España e Italia defienden mantener los desembolsos de una propuesta inicial vista en noviembre pasado.