Por Armando Carías|Ramos Allup Superstar (Opinión)

Ladies and gentleman, prepárense para una experiencia que trastocará sus sentidos, dispóngase a alucinar con la lluvia de efectos especiales que les pondrán a tripear sin necesidad de hongos alucinógenos, olvídense de Woodstock y de la Isla de Wight, nada que ver con Hendrix ni Janis Joplin. Con ustedes, directamente desde los festivales de la cuarta, el ídolo de una generación, la estrella que opacó a Julio Borges, el mito de las desapariciones forzadas y del cuanto hay pa’ eso… ¡Recibamos con un fuerte aplauso a Ramos Allup Superstar!

(Efecto de humo y rayos laser. Animador hace mutis y Ramos Allup Superstar vuela sobre la escena impulsado por un drone igualito a los que bombardean Estados forajidos. De tramoya desciende el coro «Las viudas del Puntofijismo». Cantan y bailan): «Adelante a luchar, Lechugino/ Romulero y adeco sin par/ gran corrupto y mejor tracalero/ en la historia no tienes igual».

(La clase media idiotizada delira, la burguesía, sin perder la compostura, celebra y los medios de la derecha le dan primera plana y titulares a la naciente estrella. ¿Cuánto vale el show? Corte para mensajes comerciales).

Los patrocinantes del espectáculo han calculado muy bien su inversión: tanto en imagen, tanto en mercadeo político, tanto en presencia mediática… total… ¡otra vez al aire! Entran los maquilladores: hay que disimular esa papada del 12 de abril, pásame el látex, quítale las arrugas del golpe, dame el bisturí publicitario… ¡listo!… quedó como nuevo.

¡Ramos Allup Superstar ha entrado en escena!

(El pueblo vigila).

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