Columna Jesús Faría |Rentismo vs. desarrollo productivo III (Opinión)

Decíamos que el rentismo genera un desempeño económico fundamentado en el subdesarrollo y la dependencia, arrojando fenómenos tan nocivos como la inflación crónica, enormes deformaciones productivas, el atraso tecnológico y serias deficiencias en la generación de empleo, entre muchos otros.

Es obvio, que una sociedad en transición al socialismo no puede convivir con esos males. La estrategia económica debe apuntar a un nuevo modelo de desarrollo basado en la actividad productiva de alto dinamismo y de un signo social humanista.

Esto significa, por una parte, desplegar una ofensiva histórica que apunte a la industrialización del país. La creación de miles de empresas que le incorporen valor agregado a nuestra materia prima sobre la base de vigorosos estímulos a la inversión productiva, la creación de cadenas tecnológicas de producción capaces de sustituir importaciones y fomentar las exportaciones en el marco de la integración económica, son tareas de primer orden.

Sobre el Estado revolucionario recaen enormes exigencias en materia de planificación del desarrollo, así como también en la necesidad de profundizar las grandes transformaciones políticas y culturales.

Además de estimular a la economía, esta estrategia constituirá un inmenso soporte para las políticas sociales y la estabilidad política en la transición, todo ello en razón de que los cambios del modelo productivo estarán vinculados a nuevas relaciones socialistas de propiedad. No habrá posibilidad alguna de construir el socialismo sin un elevado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en el marco histórico del poder popular.

AQUI SIEMPRE SE VAN PO LA PRIMERA OPCION Y DESARROLLAN LA OTRA HIPOCRITAMENTE