Conocida también como el “Alma Blanca”, un grupo de agricultores holandeses rescataron de la extinción a las “Pineberrys”: la variedad antigua de las fresas que saben a piña.
Originaria de Chile, y llevada a territorio europeo en la década de 1700, el grupo de agricultores decidió prolongar su cultivo para ofrecerlas en los anaqueles británicos en estas futuras navidades.
Pese a su particular olor y sabor, las “Pineberrys” combinan un gusto simultáneo entre lo dulce y ácido, posee la textura de una fresa y pueden medir hasta 23mm de diámetro.
“Ya hemos vendido 30 cestas, nuestros clientes están comprando porque están intrigados con estas exóticas frutas”, detalló Pinder Dayal, uno de los comerciantes.