Este año, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio, conjuntamente con el Metro de Caracas, lanzaron el proyecto Arte en Tren, una iniciativa de mucha importancia en la difusión masiva de nuestro arte y artistas más emblemáticos. En el caso de Armando Reverón, así como se espera en el próximo año nuevos artistas, como el caso de César Rengifo, en ocasión del nombramiento de 2015 como su año, rompe las barreras de los museos, convirtiendo a los espacios vitales de nuestra Caracas, como un galería. Esta semana, nuevos trenes-galería serán puestos en circulación.
Este hecho tiene una importancia estratégica en el proceso de construcción de una estética revolucionaria, socialista, que entiende al arte como un elemento transformador y generador de identidad colectiva. Derriba además los mitos en torno a la distancia entre arte y pueblo, porque sabemos del interés permanente que reside en la gente por tener acceso a nuevas formas discursiva, en las que su mirada y su pensamiento se vinculen con los elementos clave de nuestra Revolución.
Lo hemos dicho en otros artículos, la Revolución para que sea posible, debe primero pasar por la educación y la cultura. A través de ellas podemos fomentar los valores y el sentido de pertenencia necesario para que los planificadores de nuestra economía, de nuestras acciones políticas, lo hagan a través de un proceso interno de cuestionamiento de los valores que el capitalismo sembró en nuestra sociedad.
Transformar la mirada sobre nuestra realidad, nos obliga a producir nuevos códigos, nuevas maneras de pensar y hacer, como un modo efectivo de generar una nueva cultura ciudadana, una nueva cultura política, que se involucra con lo público y que busca pensar en grande los procesos que sacuden los viejos esquemas y nos invitan a pensar en una ciudad habitable, para su ciudadanía.
Este tipo de iniciativas de ser extendidas a otros campos de las artes y el saber, para que nuestras ciudades sean escuelas masivas, espacios de formación permanente para que el parto de la mujer nueva y el hombre nuevo sea definitivo e irreversible.