Por Carolus Wimmer|Revolución sí, progresismo no (Opinión)

El resultado electoral en Argentina, asoma un panorama de una nación polarizada y posiblemente al borde de una explosión social.

Macri “inició” su carrera como mandatario atacando a la Venezuela bolivariana y chavista, demostrando una sumisa alineación con la Casa Blanca en su política exterior y en lo interno, amenazando el derecho a huelga, anunciando pactos con el Fondo Monetario Internacional y recortes en el gasto social.

Algunos auguran un rápido ascenso de la pobreza a quizás más del 30%, porque el interés del nuevo gobierno es pagar a los fondos buitres, asegurar las inversiones y ganancias de las empresas y no garantizar por ejemplo, las pensiones del pueblo trabajador.

En el gabinete hay siniestras sorpresas, como la designación de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad. Ella fue Ministra de Trabajo en 2001, rebajó en 13% los salarios de los empleados públicos y sus jubilaciones y en su gestión, el desempleo llegó a más del 21%.

Este es el resultado del “cambio” en Argentina, que pasó de tener un gobierno solidario y humanista con la clase trabajadora, a la fórmula del “progresismo”. En Venezuela, esta clase política del “progresismo” está claramente representada en la MUD, la charca, y la derecha y ultraderecha fascista.

Así lo cantó Alí Primera: “No te dejes engañar, cuando te hablen de progreso, porque tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso”.

Así que pueblo valiente, con un mayoritario voto chavista por el Gran Polo Patriótico, cerrémosles el acceso a regresarnos a la pre-historia, al Puntofijismo fracasado. Las y los comunistas llamamos a votar con la tarjeta del Gallo Rojo.

@wimmerparlatino