Por Alberto Aranguibel B.|La Revolución también es digital

El 21 de febrero de 2011, en la primera sesión ordinaria de la para aquel momento recién electa Asamblea Nacional (AN) para el periodo 2011–2016, el diputado William Dávila (AD) acusó durante su derecho de palabra al gobierno del presidente Hugo Chávez de haber destruido las posibilidades del agro en el país. Para demostrar la irrefutabilidad de su audaz aseveración enseñó ante las cámaras de televisión la foto de un sembradío totalmente deteriorado.

En la proverbial subestima de la derecha a todo lo que tenga que ver con el chavismo, cometió sin embargo el que seguramente sea el error mas grande de su vida. Para aparentar un superior dominio del lenguaje científico e imprimirle una forzada contundencia a su rebuscada denuncia mencionó la palabra “sigatoka” como la causa de aquel desastre vegetal.

La bancada revolucionaria activó de inmediato sus equipos de apoyo informático. La respuesta se obtuvo casi al instante.

La foto no solo no era de ningún sembradío venezolano sino que era de una plantación en la República Dominicana y no de esa fecha sino del año 2010. El reporte estaba colgado en el portal Puerto Plata Digital, que daba cuenta de la invasión de la plaga Sigatoka Negra que había afectado tiempo atrás a los sembradíos de plátano y guineos al oeste de la provincia de Puerto Plata en esa isla caribeña.

En cosa de muy pocos minutos se lograba, en la misma sesión en la que el dirigente adeco armaba su farsa, desmontarle con una prueba demoledora que el país entero pudo ver en vivo y en directo lo que no era mas que una nueva y burda patraña contrarrevolucionaria.

El ridículo de la oposición no pudo ser mayor. Al día siguiente, el equipo de prensa de Venezolana de Televisión profundizaba la investigación y difundía un extenso material periodístico sobre el engaño al país intentado una vez mas por la dirigencia opositora.

La capacidad de respuesta en el uso de las tecnologías es algo en lo que la derecha mas subestima a la Revolución Bolivariana, porque en su arrogante y necia pretensión de superioridad asume al pueblo como ignorante, inculto y mentalmente incompetente. Para esa derecha, el pueblo que se gradúa hoy por millones en las decenas de universidades creadas por la Revolución es solo “una despreciable manada de borregos”.

Decimonónica y retardataria como es, esa engreída derecha rechaza mediante la burla y la descalificación mas infamantes toda expresión de impulso a la ciencia y a la tecnología emprendida por el Gobierno revolucionario. Pero en realidad es ella la atrasada.

Quien ha llegado a ver sistemas de espionaje castro-comunistas dentro de los bombillos ahorradores, quien rehúye despavorida a las máquinas captahuellas –ya sea en los procesos electorales o en los supermercados-, quien niega la sola posibilidad de que un satélite como el Simón Bolívar pueda flotar en la estratósfera sin venirse al suelo, y quien reclama permanentemente como un derecho humano el cavernícola método del conteo manual de votos, no podrá comprender jamás la naturaleza vanguardista de un modelo avanzado en el ámbito de la ciencia y la tecnología como el que propone el socialismo bolivariano para el país y para el mundo.

El planeta entero asiste hoy a uno de los procesos mas vertiginosos jamás vistos en la carrera del conocimiento humano por el control de la información. La batalla que se libra en el ámbito internacional por parte del imperio estadounidense y sus aliados por alcanzar espacios de poder se centra fundamentalmente en la necesidad de dominar las tecnologías informáticas (que incluyen internet, medios de comunicación, sistemas de bases de datos, etc.) que les permitan manejar a la población no para conducirla a su superación sino para inhibir su capacidad de movilización y su talante transformador y revolucionario.

Por eso el intento mas feroz contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro en febrero de 2014 no fueron solo las guarimbas terroristas que llenaron de angustia y dolor a los venezolanos, sino también los millones de ataques cibernéticos que sufrió la plataforma tecnológica digital del Estado en aquel momento.

Tal como revelaba el presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), William Castillo, durante su intervención en el Foro Conjura Mediática contra Venezuela, realizado en Caracas en 2014, “A partir del 12 de febrero (de ese año) se ejecutó una estrategia pensada desde hace mucho tiempo, consistente en organizar las tecnologías para la generación de la violencia. Mediante la difusión de contenidos que mostraban esa violencia en algunas pocas calles de apenas 18 de los 335 municipios del país, se nos hizo creer que Venezuela se estaba derrumbando […] Entre los días 12 y 14 aquí se produjo un ataque masivo contra la plataforma informática de Venezuela. No lo vimos porque la ciberguerra es en buena parte invisible. Sentimos sus efectos pero no sabemos qué está pasando. Hubo páginas del sector público (las petroleras, el Banco Central de Venezuela, el Ministerio de la Defensa, entre otras) que recibieron hasta 10 millones de ataques en 1 hora”.

“La plataforma de dominios de registros punto ve (.ve) –decía Castillo- tuvimos que bajarla, porque si entraban a esa plataforma habrían tenido acceso a mas de 270 mil dominios y los hubieran podido parar todos en un solo día. Por supuesto el propósito era hacer aparecer como culpable al Gobierno revolucionario, al que habrían acusado de ‘dictadura que estaba cerrando la internet’ en Venezuela”.

No pudieron cumplir su objetivo porque la respuesta de los técnicos informáticos de la Revolución fue infinitamente superior a la ineptitud de los sofisticados sistemas de hackeo del imperio de los cuales se sirvió en ese momento la chapucera oposición venezolana. En las redes sociales, todos y cada uno de los montajes y falsas informaciones que la oposición difunde como parte de su campaña de difamación contra el proceso son siempre desmantelados por esa capacidad de respuesta de la Revolución en el ámbito digital.

Cuando el comandante Hugo Chávez señalaba el rumbo hacia el cual debía orientarse el país en el terreno tecnológico a partir del empoderamiento del pueblo de aquellas herramientas que le permitieran construir con mano propia el desarrollo del país, se refería a la necesaria lucha que las venezolanas y los venezolanos debíamos librar por familiarizarnos cada día mas con la experiencia en el uso de todas esas tecnologías informáticas desde la mas temprana edad. De ahí la razón e importancia medular que le ha otorgado la Revolución a las Canaimitas, por ejemplo, en todos los niveles de escolaridad del país. De ahí la necesidad de ofrecerle becas de estudio a jóvenes venezolanos para formarse en el exterior en el manejo de satélites artificiales para diversos propósitos.

El socialismo bolivariano es lo nuevo, lo promisorio, afirmó siempre el Comandante. La derecha es lo viejo, lo atrasado, lo que la humanidad entera busca superar.

Siguiendo ese legado del Comandante Eterno, y dando fiel cumplimiento a sus orientaciones plasmadas perfectamente en el Plan de la Patria, el presidente Nicolás Maduro emprende hoy la Misión Robinson Digital, tal como lo anunciara en el Congreso de la Patria/Capítulo Comunicación, destinada a alfabetizar a la población en el manejo de redes sociales, plataformas informáticas y de internet, como una experiencia de masificación de la pedagogía y la formación en la tecnología digital nunca antes vista.

Se trata de un esfuerzo mas de la Revolución por elevar la calidad de vida del ser humano mas allá del logro material del bienestar y del progreso del individuo, a través del conocimiento emancipador y dignificante al cual el venezolano de cualquier estrato social o credo religioso o político podrá tener acceso por primera vez en la historia, sin que para ello deba claudicar ni un ápice en las grandes conquistas populares que representan la soberanía nacional y la independencia alcanzadas por la Revolución.

Ahora, contando con el respaldo decidido del Estado venezolano, el pueblo comenzará a transitar con todas las luces de la ilustración un área del conocimiento al que muy pocos pueblos, incluso en las sociedades tecnológicamente mas avanzadas, han tenido acceso hasta hoy en forma masiva, y que es posible gracias a un proceso revolucionario incluyente, participativo y protagónico, que a partir de ahora coloca la ciencia digital al servicio de la verdad de Venezuela, y en definitiva de la vida.

T/Alberto Aranguibel B.
@SoyAranguibel
Caracas

!MUCHAS GRACIAS!! SOY HABITANTE DE UNA BASE DE MISIONES AQUI EN BARINAS , ESA MISIÓN ES FABULOSA Y SEGURO QUE APRENDERÉ MUCHO EN COMO HACER USO ADECUADO DEL INTERNET Y COMUNICARME COMO LO ESTOY HACIENDO EN ESTOS MOMENTOS CON EL AMIGO QUE OPINA .GRACIAS! MIL VECES GRACIAS!!!!