A Rodolfo Porras, ganador del III Premio Nacional de Dramaturgia César Rengifo, siempre le ha interesado indagar, desde el teatro, los acontecimientos históricos y de cómo estos configuran la cotidianidad de las ciudadanas y los ciudadanos. La punta del Iceberg, no escapó de ese interés en profundizar en los conflictos e imaginarios contemporáneos de Venezuela. Al contrario, es la desembocadura de muchas preocupaciones y temas que el dramaturgo ha trabajado con cierta dispersión.
La trama de la obra se centra en los argumentos, contradicciones y conflictos existentes entre tres personajes que durante El Caracazo han decidido saquear un determinado local. “Con los tres personajes comienzo yo a metaforizar la lucha de las clases sociales, los intereses, la llegada del petróleo en Venezuela (…) Uno de los personajes cree que es dueño de la mercancía que va a sustraer del local, otro es un mediador, y el otro es la persona que está siendo utilizada para ello. Todo esto anclado en los valores contemporáneos del consumo que impuso la cultura del petróleo”, explicó el escritor.
“Cuando ocurrió el Caracazo hubo un doble impulso: una gente que fue a saquear porque no tenía comida en su hogar; y otra gente que saqueó los elementos de moda, los aparatos electrónicos y esas cosas”, expresó Porras, quien además acotó que así como hubo una rebelión también hubo oportunismo.
En ese contexto histórico, Porras hace visibles las evidencias de cómo la cultura del petróleo permea todos los asuntos de la sociedad venezolana, desde la economía hasta la manera en qué sus habitantes se comportan y relacionan entre sí.
La punta del Iceberg se destacó entre 42 piezas participantes en la tercera edición del Premio de Dramaturgia César Rengifo, cuya convocatoria exigió reflexionar sobre la cultura del oro negro, ámbito en el que Rengifo profundizó con su Teatrología del petróleo.
Desde hace tiempo, Porras había pensado en el Caracazo como tema dramático, sin embargo, no fue hasta que se publicó la convocatoria del certamen que pudo comprender con mayor claridad las relaciones intrincadas entre ambos temas.
EL TEATRO COMO COMUNIÓN
El dramaturgo Rodolfo Porras escribe a diario movido por una “profunda necesidad” y entiende que “la razón de ser del teatro, hoy y siempre, es la comunión entre un grupo de personas ante a una realidad, donde además se genera una identidad”, explicó el autor, quien sobre ese principio escribe e interpreta el mundo.
El autor será galardonado hoy con Premio de Dramaturgia César Rengifo, en un ceremonia que tendrá lugar en el Techo de la Ballena, a las 5:00 pm.