No hay dudas de que cuando se incrementa la lucha de clases, las cosas se ponen blanco sobre negro. El discurso burgués, que señala que la lucha de clases no es más que la acción violenta de los sectores “resentidos” de la sociedad contra las clases pudientes, se desmorona. El alto nivel de la lucha de clases, desenmascara a los verdaderos saqueadores, vale decir a la oligarquía y el imperialismo.
La lucha que el Gobierno revolucionario está llevando a cabo contra la especulación desvela esta situación: ¿Quién saquea a quién? ¿Quién expropia a quién? ¿Quién es el ladrón?
Cuando vemos a esa burguesía importadora robándose descaradamente el salario de los trabajadores y las divisas de la Nación, observamos claramente cómo se desarrolla la lucha de clases en países como el nuestro, donde sigue imperando el capitalismo dependiente y rentístico.
Hace 200 años la situación era similar, porque igual era el recalentamiento de la lucha de clases en pos de la independencia y por un nuevo orden social más justo e igualitario. Mientras la candela estaba encendida las masas populares avanzaban en su proyecto emancipador.
Cuando la oligarquía logro contener, por diferentes circunstancias, la intensidad de la lucha de clases, vale decir, eliminando del escenario político a quienes más cabalmente representaban los intereses de las clases populares, el orden de explotación y coloniaje volvió a prevalecer.
La lucha de clases, como lo señalaba Marx, es y sigue siendo el motor de la historia. Pero la intensidad de la lucha y la correlación de fuerzas es lo que indica las posibilidades ciertas de avanzar en el proceso revolucionario o no.
Hoy como ayer, en la lucha por la definitiva independencia, no hay que temer al incremento de la intensidad de la lucha de clases; al contrario hay que incrementarla.
Fue la burguesía importadora la que comenzó a intensificar esa lucha de clases, los ricos saqueando al pueblo. Los sectores populares, representados en el gobierno del presidente Nicolás Maduro, solo han respondido con la contundencia de ser leales hijos del comandante Hugo Chávez. ¡Bienvenida esta contraofensiva!