El artista participó en cinco escenas durante el rodaje|Sciamanna: Debería acelerarse el estreno de El abrazo de la serpiente en nuestro país

La noche del miércoles 13 de enero se anunció la lista de las películas nominadas a los premios Oscar, entre las cuales figura la pieza colombiana El abrazo de la serpiente, en la que Venezuela y Argentina participaron cada con 20% de la producción. Una de las implicaciones de ese guarismo fue la participación del reconocido actor Luigi Sciamanna, en uno de los roles de soporte o papel de reparto.

A decir de Sciamanna, el suyo no es un personaje “pequeño” es de reparto, es breve. En este sentido, prefiere la expresión usada por los sajones que en su opinión “es muy hermosa”: actor de soporte, traducción de supporting actor. “Es muy bella, me parece que es la expresión adecuada”, insistió en conversación con el Correo del Orinoco.

Aunque parezca extraño, el único actor venezolano del reparto aún no ha visto la película. Pero con base en las cinco escenas realizadas durante 10 días en un pueblo llamado Mitú, en el corazón de la selva amazónica, Sciamanna calcula que su aparición se limitará a unos 10 o 15 minutos dentro de la historia inspirada en los diarios de Theodor Koch-Grunberg y Richard Evan Schultes, primeros exploradores que recorrieron la Amazonía colombiana.

FRAY GASPAR

El intérprete encarna a Fray Gaspar, un monje capuchino director de una misión que se encarga de evangelizar a niñas y niños de los pueblos originarios, a quienes intentan despojar de sus costumbres, su forma de vestir, de su lenguaje e incluso de sus creencias.

En palabras del venezolano de origen italiano, El abrazo de la serpiente “revisa el efecto de la colonización en las culturas indígenas americanas y todo lo que trae la evangelización, la explotación del caucho, las prácticas esclavistas. La película es un viaje espiritual pero también científico, aborda lo histórico, lo épico, lo científico y… no quisiera decir lo religioso aunque por supuesto lo toca, pero prefiero la palabra espiritualidad, de eso trata”, explicó Luigi Sciamanna.

LA MEJOR VITRINA

Como es obvio el artista no podría estar de otra manera sino contento, no solo con la nominación al Oscar sino además con todos los galardones cosechados por la película, incluso en el prestigioso festival de Cannes, donde ganó en la sección oficial de la Quincena de realizadores.

Sin embargo, el Oscar, si bien es un galardón creado para reconocer casi exclusivamente el cine estadounidense, es el premio más popular y más televisado, por tanto constituye una vitrina muy importante. “Y cómo no uno no va a estar contento de que la película corone su trayecto, con la nominación al Oscar”, comentó.

Por supuesto, en esta oportunidad Luigi Sciamanna observará este año la ceremonia de premiación de los Oscar, pautada para el 28 de febrero de una manera especial. No le importa si en ese pequeño trozo que pasan a manera de muestra es una de sus escenas, pero si lo es “voy a gritar de emoción hasta la media noche”, prometió.

“Es una emoción muy especial, en general por estar en una película de muy buena calidad que tiene un alto nivel de reconocimiento. Ahora, no me puedo comportar como si yo fuera el protagonista, eso sería absurdo”, aclaró el actor, dramaturgo y director de teatro.

CELEBRAR SIN CANIBALIZAR

En consideración de Sciamanna, las venezolanas y los venezolanos deberíamos estar contentos por la colaboración de nuestro país a la realización de esta película, pero hay que tener claro que está representando a Colombia.

“No es que no haya motivos para celebrar, pero tampoco la podemos canibalizar y apropiarnos de ella. En efecto representa a Colombia y eso tenemos que entenderlo”, señaló.

El actor aspira que la nomimnación al Oscar acelere el estreno de la obra en Venezuela.

EL ANTECEDENTE

Contó el actor venezolano que el director de El abrazo de la serpiente, Ciro Guerra, observó su trabajo en el papel de Armando Reverón en la película sobre este insigne artista plástico dirigida por Diego Rízquez. De ahí que el neogranadino estuviera de acuerdo cuando el productor por Venezuela, Raúl Bravo, le propuso la inclusión de Sciamanna en el rol de Fray Gaspar.

En general, Luigi Sciamanna disfrutó los 10 días de rodaje en el pueblo de Mitú, al cual se llega luego de aproximadamente una hora desde Bogotá, en un vuelo sobre “un mar de puro verdor, pura selva”.

Uno de los principales retos del artista fue lograr el acento catalán. Para conseguirlo le pidió a un amigo residenciado en Barcelona desde hace mas de 20 años que tradujera sus líneas al catalán y además las grabara en esa lengua, pero sin matices.

Con ese material el actor reescribió el texto en castellano sumando algunas palabras en catalán. El otro inconveniente a superar fue el horario de rodaje. Casi todas las escenas, salvo una, las realizó entre las 9:00 pm y las 5:00 am. “De resto disfruté mucho la producción”, aseguró.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Héctor Lozano
Caracas

excelente reportaje … con fotografía de lujo… un cálido abrazo al actor