Por Fernando Travieso|Seguridad y confiabilidad de suministro (Opinión)

Uno de los elementos fundamentales de cualquier intercambio comercial, sobre todo en el comercio de petróleo, es la seguridad en el suministro de la fuente de energía de mayor calidad que moviliza la economía moderna.

Se ha insistido por parte de los países consumidores que su garantía y confiabilidad este por arriba de los conflictos políticos, y Venezuela jamás ha dejado de enviar en cantidad y el tiempo establecido el hidrocarburo líquido pactado, excepto durante el paro petrolero.

La meritocracia petrolera funcionando como bisagra entre intereses extranjeros y la realidad nacional rompió uno de los fundamentos básicos del mercado petrolero al interrumpir los envíos, perdiendo toda seriedad nacional e internacional.

Tomando nota de la tradicional lucha de poder en la política estadounidense entre el Ejecutivo y el Congreso, la posibilidad de intervenir políticamente los requerimientos de crudo impulsada por Estados Unidos sienta un precedente nefasto para la seriedad y confiabilidad en el intercambio.

Sancionar a un Gobierno democrático por no dejarse dar un golpe de Estado, y que a su vez no ha mezclado la seguridad de suministro con las diferencias políticas, deja ver lo elemental de la corriente política que ya logró un acercamiento histórico entre la Federación de Rusia y la República Popular China.

Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos no pueden supeditarse a lecturas simplistas por parte de la élite política e intelectual que gobierna EEUU, que busca romper fundamentos de la política petrolera mundial por visiones fundamentalistas de corto plazo.

La diversificación de países a los cuales se les surte petróleo bajo la premisa de seguridad y confiabilidad de suministro sin exclusión alguna fortalece la posición venezolana de seriedad en el negocio petrolero.

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