Los últimos días luego de las operaciones violentas del golpe se evidencia una guerra de frases y de discursos que permiten analizar el hecho de la “palabra” y su poder en las relaciones políticas y por supuesto sus usos confusos, engañadores, intencionados a veces y en otros momentos ingenuos, si vale la calificación.
Desde los años de la represión de la 4ta República, la izquierda, los insurgentes y grupos de defensa de los derechos humanos valoraron dicha gestión como “política de terrorismo estado” frase que trata de acuñar hoy María Machado para explicar al mundo la acción del Gobierno contra bandas guarimberas violentas. Es obviamente, mentira que el Gobierno Bolivariano este aplicando dichas prácticas que fueron las gestiones rutinarias de los cuerpos de seguridad según los manuales de contrainsurgencia emitidos por el Departamento de Estado Norteamericano, desde los tiempos de Betancourt hasta Caldera II.
Los insurgentes y subversivos no son ellos los guarimberos, somos nosotros los bolivarianos quienes tratamos de subvertir el orden capitalista y que con honor sostenemos que hay que construir el socialismo sobre las ruinas del capitalismo. Reconocemos el valor mostrado por nuestra Guardia Nacional y la notable dirección del Ministro Rodríguez Torres para acabar con la violencia sistemática guarimbera, pero los guarimberos no son insurrectos, ni subversivos porque le estaríamos dando signos y sentidos que son nuestros, los violentos son sencillamente vándalos desatados comprados por el odio con dinero y sin moral para llamar a subvertir nada. Con la palabra debemos ser leales.
El Presidente Chávez en algunos de sus discursos de 2013 comenzó a usar la palara “subversivo” con este sentido liberador que hoy debemos reivindicar, Igual que la gorra tricolor que es orgullo de los bolivarianos, la derecha ha tratado de robar los emblemas, la palabra y hasta el discurso que propugna el chavismo. No es un cambio lo que queremos es subvertir esta sociedad, una transformación al socialismos que apenas asoma sus primeros rayos de luz sobre esta Nuestra América que ya brilla Cuba como una estrella del firmamento latinoamericano.