Sergio Cobarrubia: ciencia para la conservación y la ecología pelágica

El Laboratorio de Ecología Acuática del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), liderado por el investigador Sergio Cobarrubia, ejecuta una serie de investigaciones pioneras en los ecosistemas marinos y costeros de Venezuela.

Venezuela es un país con una rica biodiversidad, sus comunidades de avifauna y cetofauna son un claro ejemplo. La nación alberga más de 1.400 especies registradas, muchas de ellas son endémicas.

Además, cuenta con una zona costera en el Caribe que es hogar de diversas especies de cetáceos, mamíferos marinos, como ballenas y delfines, que juegan un papel crucial en la salud de los océanos y son indicadores importantes de la salud ambiental marina.

La conservación de la avifauna y cetofauna en Venezuela enfrenta desafíos significativos con los efectos de la crisis climática, por ello es esencial promover la educación ambiental y fortalecer las políticas de conservación para proteger estas especies y sus hábitats para las futuras generaciones.

Según Cobarrubias, el equipo de expertos, liderado por biólogos marinos apasionados por la vida oceánica, se dedica al estudio de ecosistemas de manglares, crustáceos, dinámicas de playas y, específicamente, la ecología de cetáceos, incluyendo ballenas y delfines en las aguas venezolanas.

«Estamos desarrollando una investigación pelágica, con el apoyo de la Armada Bolivariana de Venezuela y la gestión del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA), se han utilizado buques de la armada como plataformas de investigación. Estos guardacostas con capacidades pelágicas realizan relevos cada dos meses a la Isla de Aves, el punto más septentrional de Venezuela, lo que nos otorga, a nosotros, casi una quinta parte del mar Caribe», comentó Cobarrubia.

Asimismo, precisó que este acceso permite a los investigadores realizar estudios desde la costa de La Guaira hasta Isla de Aves, pasando por archipiélagos como Los Roques.

«Este transepto, de casi 668 kilómetros, atraviesa dos cuerpos de archipiélagos como son Isla La Orchila y Los Roques, y sigue hacia el noreste hasta Isla de Aves (…) Se trata de un transepto pelágico que es prácticamente único en Venezuela», indicó.

Expediciones para recopilar información sobre comunidades marinas y aviares

En ese sentido, señaló que el objetivo de estas expediciones está enmarcado en recopilar información sobre las comunidades marinas y aviares. Agregando que la presencia o ausencia de especies como delfines, aves marinas y peces voladores sirve como indicador de la productividad secundaria del mar, esencial para entender la salud de los ecosistemas marinos.

Del mismo modo, apuntó que para complementar estas investigaciones se hace uso de imágenes satelitales que proporcionan datos sobre la clorofila, un indicador de la productividad primaria marina, así como información sobre el relieve marino, la temperatura superficial del mar, la salinidad y las corrientes oceánicas.

“Este análisis vendría a ser como una suerte de indicador de consumidores secundarios (…) Esa presencia o ausencia de estas comunidades de aves y comunidades de cetáceo, en contraste con las imágenes satelitales que nos facilitan información, en cuanto a clorofila, que me indica la productividad primaria, es decir cuanto fitoplancton y productividad de este pigmento se está generando, nos permiten sacar información sobre el relieve marino la temperatura superficial del mar, la salinidad y las corrientes”, manifestó.

Hasta la fecha, los resultados preliminares han revelado patrones interesantes, como la mayor presencia de vida marina al norte de los archipiélagos mencionados, interrelacionadas con zonas de alta productividad primaria detectadas por satélite.

Investigaciones enfocadas en el impacto de la crisis climática en las cadenas tróficas ultramarinas

“Hemos superado una fase piloto de tres campañas científicas y estas salidas nos han generado una información muy importante, por ejemplo, la mayoría de los aislamientos de cetáceos los vemos un poco más al norte de estos dos archipiélagos y al ver las imágenes satélites se pueden ver que la productividad primaria, es decir las plumas afloramientos de fitoplancton y en general, lo que quiere decir que esta área está atravesada por una zona de nutrientes muy importante”, dijo.

El especialista subrayó que en estas campañas de exploración se han reconocido a “delfines tornillos, delfines nariz de botella, delfín clímene, ballena piloto, ballena sardinera y hasta un cachalote (…) Entre las especies de aves que hemos visto, destacan boba marrón, boba de antifaz, boba de patas rojas, fragatas, e inclusive, en Isla de Aves, hemos visto aves viajeras, que no entran dentro del estudio, como es el halcón peregrino”.

Igualmente, menciona que este estudio representa una de las pocas investigaciones enfocadas en el impacto de la crisis climática en las cadenas tróficas ultramarinas.

“Se trata de la única investigación de calibre pelágico que pretende dar y otorgar información, además de ser un referente para otras investigaciones marinas o para políticas públicas en cuanto a cómo se están comportando la ecología en las zonas pelágicas”, recalcó.

Además, subrayó que el equipo de investigación ha observado cómo la alteración de las condiciones climáticas puede afectar la distribución y la abundancia de especies clave en el océano.

Finalmente, remarcó que la investigación destaca la interconexión de todos los elementos del ecosistema marino. Añadiendo que a medida que el clima cambia, también lo hace la disponibilidad de nutrientes y la presencia de especies, lo que a su vez puede alterar las complejas redes alimentarias del océano.

“Estos hallazgos son cruciales para entender cómo las cadenas tróficas podrían estar siendo afectadas por los efectos del cambio climático y cómo esto podría influir en la biodiversidad marina a largo plazo”, concluyó.

Este proyecto proporciona información valiosa sobre el estado actual de los océanos, al tiempo que sirve como un llamado a la acción para proteger los mares venezolanos frente a la actual crisis climática.

T/CO con información del Mincyt