La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sentenció hoy que la soberanía nacional es inquebrantable ante cualquier intento de injerencia por parte de agencias estadounidenses.
Con una firmeza notable, la mandataria afirmó que la fortaleza de su gobierno radica en su inquebrantable lealtad al pueblo mexicano, lo que les otorga una «fuerza enorme» frente a políticas intervencionistas.
Sheinbaum fue clara al contrastar su administración con gobiernos anteriores, como los de Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, a quienes acusó de permitir la injerencia estadounidense.
Recordó, a modo de ejemplo, cómo Zedillo habría cedido la presidencia en 2000 bajo presión financiera de EE.UU., y señaló la reciente preocupación de Calderón por la supuesta falta de influencia estadounidense en México.
La presidenta garantizó que los agentes de EE.UU. en el país operan bajo estricta regulación constitucional, impidiendo cualquier violación a la soberanía.
«Nunca vamos a traicionar al pueblo», enfatizó Sheinbaum, consolidando la legitimidad popular como el escudo más potente de México.