«Si yo muero primero» muestra parte de la historia de la música popular latinoamericana

Se exhibe en Caracas, Maracaibo, Margarita, Valencia, San Cristóbal, Barquisimeto y Maracay

El largometraje, dirigida por Rodolfo Muñoz, emprende un viaje para descubrir en su justa medida la impronta del Ruiseñor de América en el acervo sonoro de nuestro continente

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Desde el viernes 19 se exhibe en las salas de cine de Caracas, Maracaibo, Margarita, Valencia, San Cristóbal, Barquisimeto y Maracay el largometraje Si yo muero primero, un documental de Rodolfo Muñoz, coproducido entre Venezuela y Ecuador, que hace un recorrido por la vertiginosa y potente carrera artística del popular cantante Julio Jaramillo, nacido en Guayaquil y devenido en patrimonio sonoro de Latinoamérica.

Si yo muero primero no es de esas películas con espíritu sensacionalista o amarillista que se asoma a los planos oscuros de un artista para exaltar sus miserias y contrastarlas con sus fortalezas. Por el contrario, la obra dirigida por el periodista quiteño se concentra en la carrera de Julio Jaramillo para definir la verdadera dimensión de su impronta en la historia de la música popular latinoamericana.

Durante la presentación del documental a la prensa, por medio de una videoconferencia, el director confesó que la iniciativa de hacer este documental surgió como un especie de curiosidad acerca de la figura de Julio Jaramillo, motivación que mutó luego de dar los primeros pasos en el proceso de investigación.

MUCHO MÁS QUE BOLEROS Y ROCOLAS

“Mi generación no dejó de tomarse unas cervezas en la cantina con la música de Julio Jaramillo (sonando) en una rocola. Cuando Comencé a investigar al personaje descubrí que lo habíamos segmentado. Para muchos solamente era un cantante de cantina y esa era un craso error. De ese error nos advirtieron algunos colegas míos que nos decían que estábamos equivocados, que Julio Jaramillo es mucho más que eso, es tango, es vals” es polka, cumbia, rancheras, porros e incluso joropos y “además tenía capacidad de mimetizarse con los diversos géneros musicales de los distintos países”, contó el director de unos 63 años de edad.

Desde el principio del recorrido de la investigación que se extendió por cinco años hasta 2017, cuando comenzó el rodaje, Muñoz se convirtió “en un fanático racional”, capaz de ver desde una perspectiva más amplia la figura de este cantante que grabó más de 4 mil canciones de diversos géneros.

RETRATO CORAL

Y así, con todas las inquietudes que puede tener un “fanático racional” en su equipaje, el director recorrió Ecuador, México, Colombia y Venezuela, e incluso Uruguay y Argentina, aunque estas dos últimas no aparecen en el producto final en busca de las voces que describieran el trayecto artístico de Julio Jaramillo.

En este orden de ideas, la estructura narrativa del documental Si yo muero primero toma como base los testimonios de las personas que formaron parte de su entorno personal y profesional, además de historiadores e investigadores, entre quienes se cuentan el musicólogo Mario Godoy, la cantante Fresia Saavedra, el productor musical Francisco Feraud, la historiadora Jenny Estrada, los productores fonográficos Evelio Álvarez y Antonio Segura, el locutor, periodista e integrante del equipo de Correo del Orinoco, lamentablemente fallecido, Ángel Méndez, el notable compositor venezolano Valentín Caruci y la cantante Judith Arboleda, entre otras figuras.

Además, el documental también recoge las voces de fanáticos, aficionados e incluso coleccionistas, no necesariamente contemporáneos con el momento de esplendor del cantante guayaquileño.

En cada uno de los países reflejados en el documental aparecen jóvenes, transeúntes que no solamente lo conocen, sino que además tienen alguna historia familiar relacionada con las canciones popularizadas en la voz de Julio Jaramillo.

HISTORIA LATINOAMERICANA

“En principio siempre creímos que (Julio Jaramillo) era un personaje de gente mayor y en el documental nos dimos cuenta de que no es así. Medellín, por ejemplo, nos dio cuenta de jovencitas que conocían sus canciones y detalles de su vida. Y eso, finalmente como director de esta obra, me hace querer más al personaje y sentí que al reconstruir mejor la historia de vida, estamos reconstruyendo la historia de la música latinoamericana”, celebró el director.

A fin de cuentas, todo este retrato coral demuestra la enorme versatilidad artística e interpretativa de Julio Jaramillo, su gran carisma y el encanto de sus cualidades vocales que le granjearon apodos como “El ruiseñor de América” y “El rey de las rocolas”

¿GRABÓ CON PIAZZOLA?

Dentro del documental, surge entre los coleccionistas, especialistas y fanáticos la supuesta leyenda de que Julio Jaramillo grabó, en Caracas, con el astro argentino Astor Piazzola o con sus músicos. El director aprovecha la oportunidad y como parte del recorrido por la carrera del “ruiseñor de América” le sigue la pista a esta historia.

Este dato que se asoma al margen del relato central, le imprime al documental cierto encanto propio del suspenso. Al respecto solo cuenta adelantar que el largometraje no concluye nada de manera contundente, aunque por otra parte deja poco espacio a la interpretación.

SE FUE PRIMERO

En el encuentro con los medios de comunicación social se pudo conocer que en un principio el documental tendría como nombre J. J. inédito. El Julio Jaramillo que no conocemos. No obstante, a medida que se fue develando la historia del cantante se decidió ponerle como nombre al documental el conocido verso del tema “Nuestro juramento”, uno de los más populares del “Rey de las Rocolas” que murió en 1978 con apenas 42 años de edad.

Por tratarse de una producción que comparte la nacionalidad ecuatoriana con la venezolana, la ley la ampara para que permanezca inamovible en las carteleras por al menos dos semanas. No obstante, su permanencia más allá de este tiempo depende de la convocatoria del público.

De acuerdo a Muñoz, la pieza se convirtió en el documental más visto recientemente en Ecuador, donde ya finalizaron las proyecciones.

“Sabemos que nos enfrentamos a un producto que no es estrictamente comercial. Competir con El rey León o Advangers es muy difícil y obviamente no es ese nuestro público objetivo. Nuestro publico son músicos, coleccionistas, la gente que quiere entender mejor la historia la música latinoamericana y obviamente los seguidores y fanáticos de Julio Jaramillo”, admitió el director.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía N. L.
Caracas