El documental es de Eric Splinter y Ana Laura Pereira|Sin justicia no hay paz muestra el asedio al pueblo afroamericano en EEUU

El cineasta cubano-canadiense Eric Splinter y la realizadora gallega Ana Laura Pereira estrenaron la tarde del miércoles Sin justicia no hay paz – Baltimore 2015, en el Teatro Principal. El documental de 30 minutos de duración muestra el asedio económico y policial que sufre el pueblo afroamericano en Estados Unidos, desde las protestas y los homicidios de jóvenes en manos de los cuerpos uniformados.

Esta película retrata los acontecimientos sucedidos tras las muerte de Freddie Gray, un afroamericano “asesinado en abril brutalmente por la policía” en Baltimore. Por otra parte, el audiovisual reflexiona sobre la situación de las comunidades negras en Estados Unidos y la “gentrificación”, término referido al desplazamiento de citadinas y citadinos a los suburbios, “porque el centro (de las ciudades) está tomado por el capital financiero, explicó la directora en entrevista con el Correo del Orinoco.

A decir de Pereira, en Estados Unidos la situación de exclusión de las comunidades afrodescendientes “es tal, que la gente ya no puede vivir donde vivía, con porcentajes enormes de desempleo”.

“El documental reflexiona mucho sobre la situación racial en Estados Unidos y también se vincula directamente con una lucha de clases, porque en realidad todos los problemas que se ven hoy día en ese país tienen que ver con la mala distribución de la riqueza y con quienes tienen los medios de producción”, aseveró.

Esta problemática – insistió Pereira- se repite en “en las grandes ciudades negras de la costa este estadounidense”.

-¿En qué momento se encuentra la lucha de los afroamericanos en Estados Unidos?

-Está en un clímax, y sospechamos que ese clímax total será en octubre, porque se va a rememorar la marcha del millón de personas que hubo en los años sesenta. Black Lives Matter, una organización que nació después del asesinato de Michael Brown el año pasado (un joven afroamericano asesinado por un policía blanco, en Fergunson), está convocando para esa marcha que será en Washington y se supone que será multitudinaria. La gente no tiene otro medio de lucha que no sea en la calle, pero a la vez existe esa situación de represión muy fuerte, en la cual los derechos humanos brillan por su ausencia, y que encima, están invisibilizados. Porque se muestran los disturbios pero no se visibiliza su mensaje.

EN EL SET

-¿Por qué decidió abordar estos temas? ¿Viajó? ¿Cómo fue el proceso para hacer el documental?

-Nosotros somos documentalistas, estamos muy vinculados a la política, por eso vivimos en Venezuela, somos internacionalistas, y aunque suene simplista, nos interesa la justicia mundial, las causas dignas del mundo. Ahora que se dio esto en Estados Unidos, Eric Splinter, que sigue muy de cerca la política estadounidense me dijo: ¿No crees que deberíamos ir a filmar las comunidades negras, sus voces y sus luchas?

Para llevar a cabo el proyecto, la realizadora y el realizador recibieron el apoyo de la documentalista Liliane Blaser, y en cuanto obtuvieron los pasajes se fueron, resumió.

-¿Cuánto duró el rodaje? ¿Dónde grabaron?

-Estuvimos en Estados Unidos solo una semana, porque es muy caro para nosotros, que nos movemos con divisas venezolanas. Conseguimos financiamiento a partir de aportes militantes, ayuda, sobre todo allá. Estuvimos entre Washington y Baltimore, que están solo a 42 kilómetros. Estábamos vinculados con el productor de la película Skypper Bailey, que nos ayudó mucho a conseguir especialistas para reflexionar sobre lo que estaba sucediendo y luego con él recorrimos las calles y las manifestaciones de Baltimore.

-¿Cuándo rodaron la película?

-Ahorita, en mayo. Queríamos terminar la película antes del juicio a los asesinos de Freddie Gray, que estaba pautado para septiembre y ahora pasó para octubre.

-¿Cuánto costó la película?

-¿Sabes que no sé? Nos pagaron los pasajes, allá nos dieron la comida. Se cuánto costó la postproducción, que nos apoyó el CNAC; que el diseñador trabajó gratis, que nosotros no cobramos salarios. Para nosotros, esto es un trabajo militante. Soy directora de Política Internacional del Ministerio de Cultura, tengo mi salario de trabajadora y la película la hice como militante.

-¿Qué espera lograr con este trabajo? ¿Por qué quería terminarla antes del juicio a los presuntos asesinos de Gray?

-Queremos ayudar, queremos que sea una herramienta de lucha para las comunidades que se están levantando, a que se mantenga en la candela la noticia, que se siga debatiendo y hablando sobre la injusticia, el asesinato continuado diario que hay de jóvenes negros en Estados Unidos.

UN ARMA POR NADA

-¿Qué tan fuerte es esa situación? ¿Qué hallaron con esas entrevistas?

-Hallamos que las jóvenes, las chamas que entrevistamos, dijeron que les sacan un arma por nada, les amenazan todos los días, van por las calles corriendo a sus casas de noche, porque tienen miedo, porque existe una especie de persecución a la clase baja y a los negros en Estados Unidos, es brutal. Es la dictadura del capital, el que no tiene dinero no vale.

-Además de esa situación de persecución ¿Qué más encontraron?

– Una de las cosas más fuertes que se dice en el documental, es que los negros son los únicos inmigrantes en Estados Unidos que no llegaron por su propia voluntad. Es otro modo de esclavitud lo que hay ahora. Antes los esclavos trabajaban explotados sin salario, luego pasaron a tener un salario misérrimo y ahorita están desempleados: siguen siendo los esclavos del sistema y son una gran mayoría. Tampoco se ven reflejados en las políticas gubernamentales.

-¿Cómo se contrasta todo esto con un presidente que es afrodescendiente?

-Tiene que ver con un pacto social, que hubo entre la burguesía y los dueños del capital. La película también habla de una serie de personajes y familias negras de alta clase social, como los Obama, los Rice o Colin Powell, gente que en realidad no defienden la dignidad negra. Son títeres del sistema y son cómplices de lo que sucede. Ninguno de los protagonistas de la película se sentía identificado con lo que sucede con el gobierno. Ellos reclaman la solidaridad de los pueblos del mundo.

DISTRIBUCIÓN

La directora Ana Laura Pereira, coautora del documental Sin justicia no hay paz, espera que “esta película vaya por el mundo”, por esta razón, se regalarán copias a la Cinemateca Nacional, al Sistema Nacional de Medios Públicos y a RT. En las próximas semanas, dijo, estará disponible en Youtube. “En Estados Unidos vamos a hacer un estreno también”, acotó.

T/ Várvara Rangel Hill
rangel-v@correodelorinoco.gob.ve
F/ Héctor Lozano
Caracas