El Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss) está dispuesto a trabajar con el Ejecutivo Nacional para lograr un nuevo contrato colectivo, dijo este miércoles el presidente de la organización, José Luis Hernández.
Explicó que para calcular el salario para la nueva contratación se deberá tomar en cuenta el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora en Banco Central de Venezuela (BCV), así como el incremento que ha experimentado la nómina de la acería al pasar de 5.800 trabajadores en 2010 a más de 12.000 en 2012.
Durante una rueda de prensa celebrada en Caracas, Hernández manifestó que la fuerza laboral de Sidor «reconoce la buena intención del presidente (Hugo) Chávez para impulsar mejoras en la clase trabajadora» y confió en que a través de una comisión de alto nivel se podrán alcanzar las reivindicaciones deseadas.
Asimismo, celebró la aprobación de la convención colectiva 2012-2013 para los trabajadores de la Petroquímica de Venezuela (Pequiven).
«Vimos con júbilo como el Presidente aprobó el contrato colectivo de los compañeros de Pequiven, que reconoce su esfuerzo e incluye un aumento en su salario. Eso es muestra de su compromiso con todos los que trabajamos en los epicentros de desarrollo«, subrayó.
El presidente de Sutiss expuso que, más allá de un beneficio económico, la propuesta sidorista está basada en dignificación de los trabajadores y entre los aspectos que desean incluir en la nueva convención figuran adecuación tecnológica, mejoras en las condiciones de trabajo, estabilidad laboral y una jubilación digna.
«En el caso de los jubilados, queremos que por primera vez gocen de incremento salarial cada vez que se produzca una contratación colectiva».
Respaldó el proyecto de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) que será aprobada vía habilitante por el Jefe de Estado el próximo 1º de mayo.
«Estamos de acuerdo en que se reduzca la jornada laboral a seis horas en aquellos casos como el de los trabajadores de la industria siderúrgica, que están expuestos a muy altas temperaturas», dijo.
Sidor fue privatizada en 1997, cuando el grupo Ternium de Argentina pagó 1.200 millones de dólares por el control del 60% de sus acciones al gobierno de Rafael Caldera.
El Estado venezolano y un grupo de empleados y jubilados de la acería obtuvieron el 40% restante.
Durante la administración de Ternium se produjeron una serie de irregularidades, entre las que se encuentran el despido de 8.000 trabajadores y la negativa del consorcio argentino a alcanzar un arreglo con los sidoristas para la firma de un nuevo contrato colectivo, lo que concluyó en un grave conflicto laboral y una oleada de huelgas.
El 1º de mayo de 2008 el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció la nacionalización de la empresa, con el propósito de que respondiera a los intereses del país.