Las conclusiones de una investigación pública efectuada en Reino Unido y divulgada este jueves responsabilizan a soldados de este país por la muerte de un civil iraquí en 2003, tras sufrir un horrendo episodio de violencia.
El grupo de expertos, dirigidos por el juez jubilado William Gage, tomó declaraciones de 250 testigos, muchos de los cuales aseguraron que el ejército británico utilizaba técnicas prohibidas para que los prisioneros revelaran información confidencial durante el interrogatorio.
La averiguación estuvo centrada en la denuncia presentada por familiares de Baha Mousa, dependiente de un hotel de Basora, quien recibió torturas hasta su muerte por parte soldados de la nación europea en una cárcel iraquí.
Los resultados de la autopsia efectuada al cadáver de Mousa, revelaron que había sufrido asfixia y lesiones graves en gran parte de su cuerpo.
Hasta el momento, el caso del joven dependiente de 26 años en el único llevado a un proceso judicial.
En 2007, un soldado británico fue declarado culpable por maltratar a Mousa y fue sentenciado a un año de prisión, pero otros seis sospechosos quedaron absueltos.
La pesquisa también sacó a la luz que al menos otros nueve presos iraquíes fueron víctimas actos violentos mientras estaban detenidos.
Esos hechos representan una muy grave violación de la disciplina por parte de soldados y una mancha en la reputación de las fuerzas armadas británicas en Irak, señaló Gage al presentar las conclusiones luego de tres años de investigación.
Como parte del proceso, también se conoció que el Ministerio de Defensa de Reino Unido pagó tres millones de libras esterlinas, unos 3,4 millones de euros, por concepto de indemnización a civiles en la nación árabe, incluida la familia del joven asesinado.
Durante la invasión a Irak en 2003, Reino Unido secundó como agresor a Estados Unidos.