El gobierno brasileño iniciará en enero próximo un aumento gradual del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) para automóviles, hasta retomar a los gravámenes imperantes antes del programa de estímulo a la economía.
La tasa del IPI registrará un incremento de 2% al 3% hasta el 30 de junio venidero, cuando ocurrirá otro reajuste de 7% hasta el 31 de diciembre de 2017, señala un decreto publicado el Diario Oficial de la Unión (Gaceta Oficial).
Para los autos Flex, que utilizan gasolina y etanol indistintamente, la subida será de entre 7% y 9% en una primera fase (hasta junio) y del 11% a partir de julio.
La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles (Anfavea) consideró que el restablecimiento de los gravámenes superará las expectativas del sector y tendrá un impacto negativo en el volumen de ventas.
«No podemos hacer predicciones de los impactos en el mercado, pero es importante recordar que la adición de un punto porcentual del IPI en el caso de los populares, representa la inflación de dos meses acumulada, y por cierto un impacto en el volumen de ventas», destacó Luiz Moan Yabiku, presidente de Anfavea, en un comunicado difundido por la prensa local.
Este anunció de elevación gradual del IPI se registra después de que la Unión Europea (UE) presentara un reclamo ante la Organización Mundial de Comercio por considerar que las políticas brasileñas de incentivo al sector automotor nacional afectan la importación de vehículos.