Por Rodrigo Yáñez Pilgrim|Subsidio al capitalismo

El diferencial cambiario entre la tasa oficial y el dólar paralelo, en los periodos en que se ha implementado un control de cambio, expresa según la teoría económica las diferencias de productividad de las distintas actividades de la economía. En este caso, un tipo de cambio fijo puede ser respaldado por la alta productividad de la industria petrolera, principal fuente de divisas del país.

La tendencia a una sobrevaluación de la moneda responde a la menor productividad de las actividades no petroleras. Esto significa que mantener el tipo de cambio en función de la fortaleza petrolera, encarece la producción nacional, siendo más rentable traer los productos de afuera. El control cambiario se traduce en un subsidio a las importaciones. A todas las importaciones, incluyendo a los bienes de primera necesidad, como alimentos y medicinas, así como a bienes suntuarios, tales como automóviles de lujo, ropa de marca, joyas, celulares de última generación, viajes al extranjero, caviar, champaña.

En una economía con las características de la economía venezolana, esto es, con un importantísimo ingreso de divisas provenientes de la industria petrolera, está plenamente justificado mantener de manera permanente un control cambiario, orientado a proteger las necesidades fundamentales de la población. Sin embargo, mantener un control cambiario implica riesgos, al ser el Estado el que se compromete a manejar el mercado de divisas.

Actualmente, debido a la dinámica especulativa del dólar paralelo, el control de cambio en lugar de evitar la fuga de divisas, se ha convertido en incentivo de la alta demanda de dólares por diferentes sectores, en especial el sector parasitario.

En la coyuntura actual es necesario racionalizar el universo de productos al cual aplique el control cambiario, y establecer controles estrictos a los dólares otorgados por el Estado. Flexibilizar el mercado de dólares al resto de la economía eliminaría los incentivos al contrabando de extracción y a la corrupción.

Una definición concreta de la lista de bienes que se beneficien de la tasa oficial evitaría la especulación entre productos de un mismo rubro, que pueden ser adquiridos actualmente a diversas tasas de cambio. La unificación de la tasa preferencial eliminaría focos de distorsión.

Usemos la renta petrolera para el fortalecimiento de la economía socialista, y dejemos que los capitalistas carguen con su muerto.

T/ Rodrigo Yáñez Pilgrim
royanezp@yahoo.com

Sr. Rodrigo opino q’ en economia se debe hablar claro y sencillo, eso de flexibilizar el mercado del dolar yo no lo entiendo, pues como los ecomistas para no equivocarse, como si eso no sera una caracteristica del ser humano, usan esos terminos,flexibilizar, intervalo,bandas, en cambio uno debe decir a nuestro pueblo, el $ a 6,30 es para alimentos y medicinas y repuestos q’ no hagamos aqui y ese lo usare yo (EDO)para importar,pues FEDECAMARAS y AFINES me tienen jodido y ahora es q’ me doy cuenta y no seguire dandole $ baratos para q’ se lo roben y no importen nada o importen y lo vendan al $ libre. Es decir el Edo. debe importar los bienes de primera necesidad(alimentos Medicinas e insumos y repuestos para nuestra industria productiva) a 6,30Bs/$ y la oligarquia q’ traiga sus articulos de lujos y delicateces con $ del mercado paraleloso con los $ q’ tiene afuera o ambas inclusive, pero siempre respetandoel margen de ganancia, q’insisto es injusto y debe revisarse.

  • Estoy de acuerdo con el lineamiento general de este artículo. Incluso, el precio subsidiado de una mercancía producida en Venezuela debe quedar cerca del precio internacional, para no estimular las importaciones e, igualmente, desestimular el contrabando de extracción. El alza de los precios que produciría esta política sería compensada con mejoría de los salarios y subsidios localizados a los venezolanos más pobres.