Luego de que el pasado fin de semana la Unión Africana desembolsara 50 millones de dólares para apoyar la intervención militar internacional en Malí, liderada por Francia, el martes recaudaron otros 455,5 millones de dólares durante el último día de la vigésima cumbre del bloque continental.
«Me complace informar que la suma donada ascendió a los 455,5 millones de dólares», informó el comisario de Paz y Seguridad de la Unión Africana, Ramtane Lamamara, reseñó Ría Novosti.
La Unión Africana también acordó reforzar el contingente militar tras asegurar que «grupos magrebíes vinculados con Al Qaeda son más numerosos y están mejor preparados y armados de lo que se creía», informó el senador y emisario de Rusia para África, Mijaíl Marguélov.
En diciembre de 2012, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dio luz verde al envío de 3.300 soldados para «normalizar» la situación en el norte del país ante el avance del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA).
En abril del año pasado, el MNLA declaró unilateralmente la independencia en la región, tras el golpe de Estado perpetrado un mes antes por el sector militar contra el presidente Mamadou Toumani Touré.
Francia mantienen más de 2.000 soldados en el país africano y Reino Unido planea el envío de 40 expertos militares para el adiestramiento del ejército maliense. Hasta ahora, Londres ha destinado dos aviones de transporte C-17 para transportar a los militares de la intervención.
De rebeldes a terroristas
Repitiendo el discurso de George Bush durante las guerras de Irak y Afganistán, el presidente francés, Francois Hollande, declaró la intervención militar en Malí como un nuevo episodio de la lucha contra el terrorismo.
Al respecto, el analista político Thierry Meyssan advirtió que la técnica de Hollande reproduce la de la Casa Blanca durante la era Bush: «Utilizar grupos islamistas para crear conflictos y posteriormente intervenir e instalarse en el terreno con el pretexto de resolver esos mismos conflictos».
La palabra terrorista ha sido utilizada para juntar en un mismo saco a los tuareg del MNLA y a los islamistas radicales de Al Qaeda, así como a todos los grupos étnicos que reclaman la independencia de la región de Azawad, rica en oro.
El canciller ruso, Seguei Lavrov, dijo recientemente que los «terroristas» que combate Francia en Malí son los mismos «rebeldes» que un año atrás fueron armados por París y la Alianza Atlántica para derrocar a Muammar Al Gaddafi en Libia.
Los intereses de Francia en Malí trascienden el pasado colonial. El analista Luis Zhu recordó que la empresa francesa Orange controla la telefonía en malí, mientras Dagris «cuenta con una posición privilegiada tras la privatización del monopolio estatal Compañía Malí para el desarrollo del textil» y la organización gala Bouygues controla el sector eléctrico.