Taller Nacional de Teatro aceptó reto de montar Caricias

Montar Caricias del autor catalán Sergi Belbel no es nada fácil, debido a lo exigente y lo sorpresivo de este texto del español. Sin embargo, los estudiantes del Taller Nacional de Teatro (TNT) en su último lapso, presentarán su montaje de egreso con esta obra.

Por dos semanas, viernes y sábados a las cinco de la tarde y domingos a las 4:00 pm, la Sala Rajatabla tendrá esta puesta en escena orgánica, compleja y coreográfica, inmersa en energía, despojada de artificios y con solo lo estrictamente necesario (a lo Peter Brook) y muy transitada a lo Bertold Brecht, pues los actores están durante la representación al descubierto, según explica la directora de este nueva camada, Karolains Rodríguez.

«Doce actores y sus caracterizaciones nos hablan sobre la delgada línea entre el amor y el odio, la necesidad de dar y recibir afecto. Sin embargo, impedidos, pues no saben y aun sintiéndolo cómo hacerlo», acotó la directora mediante una gacetilla de prensa.

La pieza cuenta con las actuaciones de Andreína Rodríguez (mujer joven), Editson Quintero (hombre joven), Maiderlein Molina (mujer mayor), Yndira Sifontes (mujer vieja), Angely Martínez (hombre viejo), Camila Bermúdez (niña 1), Andreina Herrera (niña 2), Nelson Azuaje (hombre), Ana Rodríguez (mujer), Nathalya Padrón (chica 1), Keilin Rodríguez (chica 2) y Daniela Penott (mujer 1).

La ficha técnica señala que los docentes del TNT, Yasmiry Oloyola y Fabiola Prieto, estuvieron al frente de la muchachada. La iluminación es de Darío Perdomo y la obra es supervisada por la Fundación Rajatabla, mediante William López, Laura Pérez, Eduardo Bolívar, Pedro Pineda, David Blanco.

Caricias está compuesta de diez cuadros o escenas, cada uno con tan sólo una pareja de actores. Está basada en la obra de teatro La ronda, de Arthur Schnitzler, y presenta su misma estructura curiosa: en cada cuadro, entra un personaje a la historia y otro sale. Sin duda, esta contemporanización la hizo una de las obras más famosas de los no tan lejanos años noventa del siglo pasado, ya que tocaba temas tabú en el momento como el incesto, el punk, la homosexualidad, la indigencia, la vejez, la soledad, el maltrato y la muerte. Desde que se montó por primera vez fue un éxito e hizo que el nombre de Sergi Belbel rebasara las fronteras españolas. En 1997 fue llevada al cine por el director catalán Ventura Pons, en una puesta de escena muy controversial.

La Sala Rajatabla está entre Unearte y el Teatro Teresa Carreño, a cuadra y media del Metro Bellas Artes en Caracas.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Cortesía Rajatabla