Absolutamente toda la obra de Pablo Picasso que forma parte del patrimonio venezolano custodiado por la FMN (Fundación Museos Nacionales) en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón (Maccar), está desde hoy en exhibición con la propuesta Camarada Picasso, una curaduría de Franklin Perozo que busca poner sobre relieve la militancia política y el compromiso social del insigne artista que perteneció al Partido Comunista en sus capítulos de Francia y España.
Forma parte de la muestra la reapertura de la muy conocida sala reservada para la Suite Vollard, una colección orgullo de nuestro país por tratarse de la única serie completa (de 230 juegos) de 100 grabados realizados por Picasso (entre 1930 y 1937) que se encuentra en Latinoamérica y una de las siete que existen en el mundo.
A esta compilación se suman en esta muestra 49 piezas, muchas de ellas elaboradas también en distintas técnicas gráficas, varios dibujos y cuatro óleos sobre tela, según explicó al Correo del Orinoco el director del Maccar, Edgar Álvarez Estrada.
En líneas generales, destacó Álvarez Estrada, se trata de la colección de piezas del afamado artista español más importante de Latinoamérica. De hecho, de acuerdo a los registros, esta colección permitió en el decenio de los 80 del siglo pasado abrir la primera Sala Picasso en un museo de la región, patrimonio que le dio prestigio internacional a la institución actualmente adscrita al ministerio de Cultura.
EL PROCESO
En Camarada Picasso, adelantó Álvarez Estrada, el publico tendrá la oportunidad de disfrutar una vez más una serie de 11 piezas que a juicio del director forman parte del proceso que llevó al artista a la configuración de la Suite Vollard.
En esta parte, indicó el director, se aprecia la evolución estilística, su inquietud por refinar la línea y de reducirla a su mínima expresión, especialmente con el tema de la tauromaquia que siempre le interesó.
El artista “comienza con la figura de un toro muy complejo en estructura y termina con líneas muy simples. Picasso decía que pasó toda su vida tratando de pintar como los niños. Comenzó muy realista y se fue haciendo más simple, hasta sus últimas obras que son de una simpleza muy grande”, explicó el titular del Maccar.
LA SUITE VOLLARD
Como ya se mencionó, esta colección consta de 100 piezas que le permitieron a Picasso experimentar y mejorar diversas técnicas de grabado incluyendo la punta seca y el aguatinta.
La elaboración de esta serie surgió de un acuerdo entre Picasso y su marchante, el coleccionista Ambroise Vollard, quien le daría a cambio unas pinturas de Renoir y de Cézanne.
El impresor Roger Lacourière terminó de imprimir los 230 juegos de la serie en 1939, justo el año en que murió Vollard. Desde entonces, cuando comenzaba la Segunda Guerra Mundial, los juegos se dispersaron hasta que finalmente quedaron, que se sepa, siete completos que se mantienen en la actualidad en varias instituciones museísticas de gran prestigio.
LA MILITANCIA
En opinión de Álvarez Estrada, por diversos motivos, “principalmente políticos”, la figura de Picasso, “como la de tantos otros”, se ha tratado de frivolizar, al reducirla a un plano puramente técnico o exclusivamente diletante.
“Y resulta que su obra más importante, el Guernica”, su interpretación plástica de la barbarie del bombardeo sobre la población homónima durante la Guerra Civil Española, por parte de Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, en favor de la sublevación contra la Segunda República Española que derivó en la dictadura de Francisco Franco.
Inclusive una serie de la misma Suite Vollard, que sale a la luz en medio de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española, fue atacada durante una exhibición en 1975 por grupos profranquistas, en respuesta a la posición política de Picasso.
CARICATURA DEL DICTADOR
En esta exposición la posición política del malagueño se evidencia además en una serie de piezas que, según Álvarez Estrada, son una suerte de embrión del Guernica en las cuales el artista prefiguró imágenes que están en su obra maestra contra la guerra y por la paz.
Así mismo, en Camarada Picasso el público verá la serie titulada Sueño y mentira de Franco, una reacción desde las artes en contra del golpe de Franco a la Segunda República Española y a la represión y la barbarie que eso generó.
Esta serie, aclaró el director del Maccar, el autor “quería que fuera leída como un cómic. Se lee de derecha a izquierda porque son grabados y es una de sus tantas obras que representa su incardinación política”, comentó el directivo.
Por otra parte, además de colaborar de distintas formas con el Partido Comunista, Picasso fue merecedor del Premio Lenin de la Paz en 1962 y manifestó su posición ante el mundo cuando en 1949, durante un Congreso Mundial por la Paz, aportó un dibujo de una paloma con una rama de olivo en el pico que sirvió de cartel al evento.
VIGENTE
Casualmente, justo en este momento y hasta el 30 de este mes la Galería Tate de Liverpool en Inglaterra mantiene una exposición bajo exactamente el mismo concepto de Camarada Picasso, esta bajo el nombre de Picasso: paz y libertad en cuyo discurso también se evidencia el compromiso político que le llevó a tomar la decisión de no volver a su país mientras se mantuviera la dictadura franquista y de adherirse al Partido Comunista Francés.
“Picasso siempre está en el interés de los museos del mundo, siempre está presente. Y ahora hay un auge de la divulgación de su obra por una serie de razones, una es las condiciones en que se encuentra el mundo, la necesidad de tener paz. Todo eso invita a hacer cosas como la serie de televisión sobre Picasso que se hizo hace poco y otras iniciativas, todas con diferentes enfoques dependiendo del origen de la iniciativa”, consideró Álvarez Estrada.
MÁS QUE PLÁSTICA
Se espera que la muestra permanezca abierta al público al menos durante dos meses, salvo la Suite Vollard, que de nuevo estará de manera permanente hasta que los requerimientos de conservación lo indiquen.
Adicionalmente, Álvarez Estrada adelantó que se están preparando actividades complementarias a la muestra tato dentro como fuera del Maccar. La tención es que “esta exposición no sea solo unos cuadros en la pared. La obra siempre es motivo para otras actividades estamos buscando el documental Morir en Madrid (de Frédéric Rossif) sobre la Guerra Civil Española. También queremos hacer actividades musicales y conferencias, entre otras.