Por Juan Barreto Cipriani|Todo el poder para el pueblo (Opinión)

Se trata hasta ahora de una idea-fuerza que dista mucho de encarnar efectivamente el empoderamiento popular en toda su extensión. Pero en su sola enunciación ya contiene un filo subversivo a todas luces incómodo para el poder burocrático.

La autogestión de todos los asuntos de la gente es el vector que progresivamente irá minando el viejo cascarón de un Estado que hoy en parte sigue representando a la contra-revolución: como poder de conservación de lo establecido, como lógica burocrática, como obstáculo a cualquier idea de cambio.

Es justamente ese Estado inútil el más visible freno a las transformaciones en curso. Durante un largo trayecto el Poder Popular se confronta, no tanto con el poder de la burguesía, sino con los aparatos de Estado que están históricamente a su servicio.

El empoderamiento de la Multitud es un proceso de correlaciones de fuerzas que van moviéndose en función de la capacidad del pueblo para apropiarse de sus decisiones, de sus asuntos, de los espacios (pequeños, medianos y grandes) donde se va dibujando la metáfora de la “sociedad”.

Por eso mismo es fácil derrapar hacia un nuevo estatismo que anula en los hechos la autonomía del movimiento popular (exactamente la tragedia del socialismo estalinista que se derrumbó).

La vacuna contra el burocratismo de Estado es efectivamente el fortalecimiento creciente del Poder Popular: como espacio de la democracia directa, como ámbito de la verdadera participación, como escenario de construcción de las nuevas solidaridades nacidas de los valores de uso, de la socialidad empática, del arte de sentir juntos.

En la coyuntura política de estos días es necesario resaltar con fuerza la figura del Poder Popular como dispositivo constituyente de la idea misma de revolución. Todo lo que vaya en esta dirección es menester empujarlo. A sabiendas de que no hay una fórmula para lograrlo ni un camino despejado que nos permita trabajar sin obstáculos. Todo lo contrario, lo que abundan son los problemas. La prueba de fuego viene luego, cuando la gente se tome en serio la leyenda de que el poder es suyo.

@juanbarretoc