Miles de trabajadores se manifiestan en el centro de la capital griega en contra de las medidas de austeridad que exigen los prestamistas extranjeros a Grecia. Los manifestantes gritan eslóganes contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE).
Los policías antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a grupos de manifestantes que lanzaron bombas molotov y rompieron cristales de entidades bancarias.
A causa de la huelga los hospitales han atendido solamente los casos urgentes, no se han efectuado muchos de los trayectos de los medios públicos de trasporte, los barcos han permanecido amarrados en los puertos y se han cancelado varios vuelos nacionales.
Los trabajadores piden que el Gobierno proceda de inmediato a contratar empleados que doten adecuadamente los servicios públicos, principalmente en los sectores de la salud y de la educación, que hoy en día están faltos de personal.
La UE presiona al Gobierno de Alexis Tsipras, para que aplique reformas y medidas de austeridad, tales como reducciones de sueldos y pensiones, para desbloquear la ayuda económica al país.