El trabajar es una actividad propia de la clase obrera. Es una actividad consciente orientada a la producción de la vida. En la sociedad regida por el capital, trabajar significa generar plusvalía.
Ser parte de la clase obrera significa ser una clase subordinada, porque se carece de los medios de producción, por lo cual tiene que vender su fuerza de trabajo a los dueños del capital o gestionadores del mismo, como ocurre en el sector público.
La fuerza de trabajo es una mercancía, como cualquier otra, que se paga a su valor, como salario directo e indirecto, equivalente a la cantidad de bienes necesarios para su reproducción.
La acción colectiva de la clase obrera permite que tome conciencia que existe como clase. Pasando de una “clase en sí” a una “clase para sí”, lo que implica distintos estadios, desde lo estrictamente sindical a lo socialista.
En Venezuela predomina lo considerado sindicalismo “economicista”, a veces depredador, a pesar de 15 años de Gobierno “revolucionario”.
Incluso, en el sector Gobierno general y en empresas públicas persiste una fracción de población obrera “sobrante” para el capital, porque no tiene una función productiva, ni improductiva, al no generar valor alguno, ni contribuir a su generación.
El socialismo en Venezuela será posible solo cuando la clase obrera y la gerencia vinculada al sector público, a actividades económicas, productivas e improductivas, en primer lugar, produzca adecuadamente los bienes sociales que contribuyen a la reproducción de la clase obrera. Y, en segundo lugar, sus relaciones sociales superen el sindicalismo y sean socialistas.