Por J.J. Cordero Ceballos|El tránsito automovilístico y las cuatro cosas más inútiles de Caracas (Opinión)

Han intensificado sus esfuerzos por el ordenamiento y buena marcha de la República el presidente Nicolás Maduro y su equipo de gobierno. Encomiable es la batalla que se está adelantando contra la delincuencia común, el peculado, el contrabando, la especulación y otras medidas que elevan el prestigio de nuestra Revolución Bolivariana. Donde quizás ha faltado eficacia es en lo referente al tránsito terrestre, particularmente en el caraqueño.

Cuando caminamos por el centro de Caracas o manejamos por sus autopistas, se nos alteran los nervios al presenciar la irresponsabilidad de algunos conductores.

Buena parte de estos no respetan las señales de los semáforos ni las rayas para cruce de peatones, viajan a alta velocidad por la vía normal e inclusive por el hombrillo y muchas veces contramano, además de no usar casi nunca las luces de cruce y cambiarse de canal en ángulo recto.

Infelizmente, los peatones tampoco acatan ninguna de estas señales, cruzan la calle por cualquier lugar y si lo hacen por el correcto no les importa que el semáforo esté en rojo.

De los motociclistas ni hablar, son dueños y señores de las vías.

Para ellos no existe ninguna norma destinada a regular el tránsito, viajan indistintamente por la izquierda o por la derecha, en dirección correcta o en contramano y muchas veces por las aceras, no respetan edad, sexo ni condición física.

Dejan escapar improperios cuando alguien les formula un reclamo por su abuso al conducir. Lo peor de todo es que los agentes del tránsito son incapaces de amonestarlos, los temen como a cualquier delincuente de alta peligrosidad.

Además, no son pocos los policías o guardias nacionales que al conducir dan mal ejemplo por sus frecuentes violaciones a la Ley del Tránsito Terrestre, conducta por la cual pierden autoridad moral para sancionar a los otros infractores.

Extendernos en más comentarios sobre esta deplorable situación es innecesario, todos padecemos las causas del desordenado tránsito terrestre capitalino y anhelamos su más inmediata solución.

Para concluir diremos, simplemente, que en Caracas hay cuatro cosas inútiles: el rayado de las calles, las luces de cruce de los vehículos, los semáforos y la Dirección del Tránsito Terrestre.

Roguemos a Dios porque Simón Rodríguez termine de llegar, y no olvidemos que el desorden no da votos, resta; es arma que alienta los desmanes de la oposición irracional.

jjcorderoc@hotmail.com

Bueno, creo que este problemón del tránsito, como perfectamente lo describe J.J. Cordero Ceballos, no sólo se presenta en Caracas, también en cualquier ciudad del país. Quién le pone el cascabel al gato?