Un año constituyente

A desalambrar

Por: Ana Cristina Bracho

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La semana que viene hará un año que el pueblo de Venezuela contuvo la guerra. ¿Lo recuerdan? Yo no sé cómo lo vivieron ustedes, pero creo que todos tenemos una parte de la historia por contar.

A mí me gusta la mía, amanecí en Maracaibo tras cruzar todo el país en una noche eterna para caminar entre barricadas y encontrarnos. El centro de votación estaba cercado, y muchachas vestidas de blanco levantaban rosarios contra la gente que llegaba. Adentro, desvelados, rectos, prestos conseguí a mis muchachos de siempre. Estaba Chema revisando cédulas y un grupo alertaba a la guardia de posibles perturbaciones que intentaban darse.

Los votantes eran en su mayoría personas mayores, un grupo nutrido que pese a cualquier discapacidad se reunieron defendiendo su derecho de existir, y la gente acudía patriota y tensa. En la noche, cuando ya la televisión repetía las imágenes del Poliedro de Caracas o del Táchira, nos preguntábamos cuántos habían ido ese día después de tantas tormentas a votar, y a la final fue tan contundente la demostración que tuvieron que recogerse los que apostaban al Apocalipsis.

Un par de días después, una sesión en el Palacio Federal Legislativo abrió la página de la historia. La presidió Fernando Soto Rojas por ser el constituyente de más edad, y aquello traía el olor de tiempos mejores. Luego, la Asamblea Nacional Constituyente adoptó rápidamente su acto más efectivo: la destitución de Luisa Ortega Díaz que, tan gallarda antes de ese día y ahora desde cualquier ciudad del Grupo de Lima, salía en contrasentido y exceso de tripulantes, en una moto de la historia política de este país.

¿Pero qué viene ahora? El tiempo previsto para la Asamblea Nacional Constituyente fue fijado en dos años. Un debate que seguro vamos a ver es cómo se entienden esos dos años –no más, no menos, al menos- ese no es un tema menor pero ya parece que de ese indicativo original ya ha transcurrido la mitad.

¿Por dónde va la Constitución? ¿Cómo se integran las personas al debate? ¿Qué responsabilidades tienen los constituyentes hacia ese pueblo valiente? ¿Habrá un revocatorio de los diputados a la Asamblea Nacional? ¿Se postularán también para eso quienes hoy todavía son constituyentes? ¡Vaya que hay temas todavía!

Con toda la fe que el comandante Chávez, hoy cumpleañero, le tuvo al Poder Constituyente, estas preguntas deben plantearse si queremos seguir el camino de un disposicionero, irreverente, creativo, líder de este pueblo. No podemos tenerle miedo al pueblo, cuna de toda la sabiduría y todo poder, ni miedo al debate que es el mejor escenario para los seres humanos.

Ojalá que recordando podamos hacer el más vivo tiempo patrio que merecemos tener.

@anicrisbracho
Caracas