Una mujer brasileña, considerada una de las mujeres más ancianas del mundo, confesó a sus 117 años que no estuvo con hombres “por miedo” de que no le gustara a su padre.
“Mi felicidad no está en los hombres”, dijo la anciana y agregó que sus más fieles compañeros son solo una imagen de San Francisco y una radio.
“Soy muy feliz y no tengo nada que reclamar, porque mi felicidad no está en los hombres”, dijo la longeva, quien cumplirá 117 años el próximo 6 de julio.
Margarida Alexandrina de Oliveira tuvo tres hermanos, que ya fallecieron; al igual que sus padres, y vive con una cuñada en la ciudad de Cruzeiro do Sul, en el interior del estado amazónico de Acre.
Dijo que además del temor a lo que pudiera pensar su padre si hubiera tenido algún novio, también decidió seguir un consejo que le dio alguna su vez su madrina de bautismo: “Nunca te cases”.
Los “compañeros” más fieles que ha tenido en la vida, según dijo, han sido unas imágenes de San Francisco, del cual es devota; y una antigua radio a pilas en la que escucha la transmisión de las misas que se celebran en Cruzeiro do Sul, a las que últimamente no asiste por problemas en una pierna.