Una Rochela de Negros se realizó en La Casa de Las Letras Andrés Bello

Entre muestras didácticas de cantos de décimas y toque de tambor la Casa de Las Letras Andrés Bello fue escenario ayer del evento denominado “Rochela de Negros” organizado por cultores y decimistas de las agrupaciones Canchunchú Dichoso, y Afrolibertad, con la finalidad de dar a conocer la importancia de las manifestaciones culturales de los santos que se celebran durante el mes de junio.

En la “Rochela de Negros” se encontraron San Antonio de Padua y San Juan, San Pedro y San Pablo y San Benito, “todos santos negros a los cuales se les rinde homenaje con el tamunangue, décimas y el toque de tambor”, explicó Soraya Padrón, decimista investigadora, directora de Canchunchú Dichoso.

Padrón, quien dictó la ponencia “Tamunangue o sones de negros” explicó que a San Antonio de Padua, cuya festividad es el 13 de junio se le rinde homenaje con el tamunangue, que es una manifestación cultural oriunda de Barquisimeto y Sanare, estado Lara, y se ha extendido a muchas regiones del país.

Comentó que la festividad en honor a San Antonio de Padua, que es de Lisboa arranca con un garrote, como se conoce en Padua, -dijo- acá no lo llamamos garrote, sino batalla. Explicó que ellos peleaban con lOs garrotes para quedarse con el patrocinio del santo, por considerar que tenía que ser su patrono por haber nacido allá. “Por eso es que para pedir permiso para comenzar a bailar el tamunangue se arranca con la batalla en la procesión, donde se lleva al santo hasta el altar y se le cantan las salves en su honor, que es una especie de rezo, pero cantado”.

7 SONES DE NEGRO

Refirió que San Antonio, aunque era blanco, es considerado un santo negro, y por eso se le venera con 7 sones de negro. Estos sones son: la bella, el yiyivamos, la jurumunda, la querrendenga, el poco a poco, galerón y el seis fugoriado. “Son sones que se hacen en homenaje a San Antonio, pero pertenecen al tamunangue”, aclaró..

Dijo Padrón que hoy en día se realizan tamunangues en todas las regiones del país, “de hecho en Caracas tenemos una sociedad de tamunangueros que nació por una inquietud de unos cultores de El Tocuyo y siempre realizamos encuentros.

El nombre del tamunangue proviene del instrumento que se toca: un tambor largo; un cumaco que se le dice tamunango, elaborado con madera de aguacate. Lleva cuero de ganado, y los golpes son con la mano y en el lomo del tambor que lo tocan con unos palos.

La cultora considera que es muy importante mantener viva esta tradición no solo por ser patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y tampoco se trata solo de rendirle culto a San Antonio, sino que “es una manifestación tradicional de nuestros ancestros que tiene que ver mucho con lo que es la ecología, ya que se trata de una jornada agraria”.

Indicó que cada canto del tamunangue está referido a la tierra y siempre son alusivos al trabajo de campo y, en los cantos de mandos, el que va cantando le dice a la pareja “pila el maíz, crea el arado, sin dejar el galanteo porque, como es bien sabido, la mujer es la bella del tamunangue”. A su juicio el tamunengue no morirá mientras existan tamunangueros.

EL SAN JUAN DE CURIEPE

El percusionista Luis Felipe Hidalgo, integrante del Colectivo Cultural Afrolibertad, quien realizó una muestra didáctica sobre El San Juan de la población de Curiepe, en Miranda, afirmó que esta festividad tiene varias connotaciones desde la Iglesia católica hasta lo relacionado con el solsticio de verano, celebraciones que realizaban nuestros indígenas y africanos.

Dijo Hidalgo que desde la fundación del pueblo de Curiepe en 1721 se celebra la fiesta de San Juan que comenzó en Tacaruigüita y se va trasladando a Curiepe y por toda la costa barloventeña. Destacó que es una celebración agraria donde se le rinde tributo a la Madre Tierra y a la lluvia, por las cosechas logradas.

En Curiepe -comentó- hay diferentes tambores que se tocan en la fiesta de San Juan, está el tambor mina que es el más grande que encontramos acá en Venezuela. Va acompañado de la curuata que es de Curiepe.

Dijo que está el tambor culo ‘e puya que siempre va acompañando a San Juan, que se ejecuta al golpe del malembe cuando se realiza la procesión del santo, y el golpe del tambor del culo é puya, que se hace en las veladas y velorios del santo. Eso va acompañado de una danza que es reconocida por la vestimenta y el respeto que expresan a la festividad.

También destacaron los cultores la importancia de la festividad de San Pedro y San Pablo, que se celebran el 28 y 29 de junio y San Benito, que aunque no es manifestación de este mes, es una tradición de un santo negro de mucho arraigo en varias regiones. Expresaron la necesidad de preservar estas tradiciones ancestrales.

T/ Elízabeth Pérez Madriz
F/ María Isabel Batista
Caracas