La situación en las universidades griegas se acercó este martes un poco más al abismo tras la presentación por parte del gobierno de la lista de trabajadores que serán cesados y la negativa a establecer ningún tipo de diálogo sobre la medida.
Once semanas de huelga en algunas de las universidades estatales no sirvieron hasta el momento para alterar la intransigente posición del Ministro de Educación, Konstantinos Arvanitopulos, ni tampoco la dimisión en pleno de la Junta de Gobierno de la Universidad de Atenas anunciada la víspera.
Para completar el panorama, la relación de empleados dada a conocer contiene «graves errores u omisiones», según denunció la vicerrectora de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, Tonia Moropulu, pues al menos 30 personas que presentaron sus datos conforme a lo solicitado, no aparecen.
A su vez el decano de la Facultad de Derecho, Theodoros Fortsakis, pidió que se volvieran a revisar los planes ministeriales pues con 13 despidos, de 17 empleados administrativos con los que cuenta la facultad, sería imposible mantenerla abierta y en funcionamiento.
Además, una trabajadora de la Universidad de Aristóteles, en Tesalónica, trató de suicidarse al conocer que su nombre se hallaba en la lista de despedidos, y solo la rápida actuación de sus compañeros evitó un fatal desenlace.
El gobierno continuó sin ofrecer respuesta a la demanda de diálogo solicitada por la Junta de Gobierno dimisionaria, «con el fin de poder encontrar una solución a los problemas que se han creado», ni a la realizada con el mismo fin por el Rector de la Universidad de Atenas, Theodosis Pelegrinis.
Mientras tanto, el personal no docente de las universidades de la capital mantuvo un día más la huelga, en protesta por el plan de despidos, y bloqueó el acceso a los edificios, donde únicamente se encuentran grupos de estudiantes que llevan a cabo encierros en ocho facultades en apoyo a los trabajadores.
Dos universidades más anunciaron que retomarán la huelga a partir de mañana, y hasta el viernes, al tiempo que el decano de la Aristóteles, Yianis Mylopulos, enfatizó que «tenemos que detener este proceso aquí, la comunidad universitaria requiere parar aquí».
Ante la situación de caos que se vive, el principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, acusó al ministerio de mantener «una actitud políticamente peligrosa e irresponsable» y demandó la retirada de los despidos pues únicamente «llevan a la educación, la investigación y las universidades al colapso».