Por Marielys Fuentes|Universo infinito de libertad (Opinión)

Es contradictorio vivir la sexualidad desde una visión microscópica. Sus laberintos son incontables y se corre el riesgo de no encontrar la salida si el ojo no amplía el espectro y rompe las gríngolas del sistema patriarcal capitalista hegemónico.

Somos seres sexuados, lo que nos lleva a ser complejos e indeterminables. El sistema necesita enjaular el sentir y castrar para dominar, categorizar, estereotipar, clasificar, perseguir y exterminar lo que según su conveniencia no deba existir. Es un gran error creer que la sexualidad es tan simple como reducirla a lo blanco y lo negro, lo frío y lo caliente, lo normal y lo anormal; pues corremos el riesgo de estar negando nuestra propia diversidad natural. En la naturaleza existen más de 3.000 mil especies homosexuales o intersexuales, entre ellas los delfines y caballitos de mar.

Hoy, como ayer, se erige en la sociedad la heterosexualidad como norma, considerándose única pulsión sexual aceptada y desconociendo la variabilidad de nuestra sexualidad. ¿Cómo colocar un universo en un dedal?, la misma vivencia de la heterosexualidad yace en los sótanos de la frustración, castración, insatisfacción y violencia, se configura desde la irresponsabilidad, el desconocimiento de sí misma e imposición y discriminación a lo diferente.

Por más que asesinen, violen, encarcelen y cercenen el derecho al libre goce de la sexualidad, más aún surgirán las contrapartes de la norma. Somos seres sexuados y por ende la diversidad es nuestra esencia, lo natural es la diferencia, lo natural es la libertad, la heteronormatividad es un absurdo ya que desconoce que la sexualidad no es binaria ni estática, esta se transforma y zigzaguea por senderos que ni siquiera avizoramos aún.

El respeto a la libertad sexual, a la toma de decisiones sexuales y al ejercicio libre es fundamental para cimentar a la mujer y el hombre nuevo.

La heteronormatividad desconoce, humilla y asesina a quienes decidimos optar por la pluralidad sexual. En nombre del “buen Dios”, la moral y las buenas costumbres se realizan violaciones correctivas a lesbianas, se apedrean a transexuales, se nos niegan derechos humanos fundamentales como la identidad, el empleo, el estudio y la familia. Aún así rompemos y volveremos añicos la norma por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, por el derecho a ser quienes somos, sin miedo al dedo que señala y golpea. Rompemos la norma y nos hacemos universo infinito de libertad en honor a la diversidad sexual de toda la humanidad.