La falta de seriedad de los líderes opositores podría considerarse ridícula si no tomáramos en consideración el daño que hacen. Al no reconocer los resultados en las pasadas elecciones presidenciales fomentaron desórdenes para buscar una salida de facto y desconocer la institucionalidad. Durante meses atacaron al Poder Electoral para minimizarlo y así impulsar una matriz de opinión internacional que ilegitimara su capacidad para organizar elecciones y respetar la expresión popular.
Presentaron ante el Tribunal Supremo de Justicia un bodrio con supuestas pruebas del fraude. La institución judicial se pronunció en los términos legales correspondientes, dejó claro que tales pruebas no fueron presentadas y, por lo tanto, no era admisible el recurso. Solo lloriqueos de quienes no aceptan la derrota y pretenden imponer sus caprichos.
Entonces suponíamos que no iban a participar en más comicios, es lógico pensarlo; pues no se conformaron con atacar al árbitro electoral si no que desconocieron su autoridad y pusieron en entredicho su actuación.
Sin embargo, como poca gente se hizo eco de sus denuncias de fraude y no lograron la ascendencia dentro del pueblo como lo imaginaron, fueron apagando sus voces hasta solaparlas.
Los vaivenes de la derecha producen hilaridad. Resulta que inscribieron candidatos en todos los municipios de Venezuela y como si nunca hubiesen hablado pestes del CNE, se preparan para participar en la nueva fiesta democrática. Llaman al pueblo a votar por sus abanderados y se deslindan de los señalamientos que otrora endilgaron al CNE, mientras el candidato Henrique Capriles continua con sus lagrimeos.
Ahora intenta asustarnos con el cuento de acusarnos ante organismos internacionales. Chantaje vulgar y soez al que se adhieren filofascistas radicados en el exterior. Pasarán pena cuando expongan los argumentos estúpidos y necios con los que pretenden convencer al mundo. No ganaron y lo saben; juegan al desprestigio de la Revolución Bolivariana para buscar rendijas por donde acceder al poder. Pero, ¡jamás volverán!