Todavía tiene problemas por resolver, como la basura y la vialidad|Valencia cumple hoy 460 años

A lo largo de la avenida Lara de Valencia se levantó una frontera fáctica (muchos la ubican en la avenida Cedeño) que se tomó como división de dos panoramas sociales de la capital carabobeña: allá, dirección a la Plaza de Toros, donde se divisa un vendedor ambulante,  se amontonó por décadas la pobreza; en tanto que al norte, de edificios de diversas hechuras,  se concentraron la planificación y la distribución de los recursos. Hoy, a 460 años de la -aceptada mayoritariamente- fundación de la ciudad, esa realidad divisoria atina equilibrios más justos.

Estoy pisando esa frontera. Se puede ver a las 7:00 am la agitación de las pasajeras y los pasajeros de autobuses peleándose por un lugar en la puerta del vehículo, de cuyo interior se escuchan a todo volumen las postrimerías de una  salsa, una breve transición y el comienzo de un vallenato. Los trabajadores y empleados de los comercios del norte y los obreros de la Zona Industrial se van desapareciendo a medida que pasa la hora pico.

Recientemente, el gobernador Francisco Ameliach -nacido aquí- comentó que todavía hay valencianos del norte que jamás en su vida han cruzado esa raya imaginaria. A 460 años de la creación de esta villa colonial,  es cuando en el sur se ha agrupado la mayor cantidad de beneficios.

Uno de los regalos indudables en este cumpleaños es la inauguración de la primera etapa de la Ciudad Hugo Chávez, en la que miles de familias pudieron por fin conseguir techo propio. Pero, otra cosa: Para llegar a la Lara primero tomamos una unidad de TransCarabobo, de cuyo interior uno no quisiera apearse gracias a la comodidad y ambientación que relajan el cuerpo. Es la apuesta por cambiar el sistema de transporte masivo que actualmente es un océano de desamparo. Próximamente serán inauguradas dos estaciones más del Metro. La Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET) es otra; del caos ha pasado a un sosiego que se consolida.

En fin, un perímetro de amor y odio. Un territorio de contrastes urbanos. Hay mucho por hacer aquí, dicen los entusiastas, en tanto que los más fatalistas aseguran que no existe remedio. En todo caso, hay que sentirla, caminarla, y,  sobre todo, conocerla para sacar conclusiones. Después, ojalá, comprenderla.

CAMBIOS Y CONTRADICCIONES

Ronald Romero, historiador y profesor de la escuela de formación Simón Rodríguez del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Carabobo, solicitó una actualización de los conceptos y del estudio del tema valenciano.

Oriundo de la parroquia Santa Rosa, Romero sostuvo que para la fundación dominaban el geocentrismo y las monarquías medievales que imponían sus organizaciones en los lugares que invadían. En este caso, existía un pueblo mayoritariamente del grupo Tacarigua.

El 25 de marzo 1555 la Corona española fundó como ciudad a Valencia, según lo indicado por José Oviedo y Baños que fue un cronista al servicio del imperio español, comentó. De acuerdo con él, fue fundada por Alonso Díaz Moreno; sin embargo, “desde mi punto de vista científico-histórico, resulta bizantino si fue otro o si fue Díaz Moreno”.

El imperio español siempre opacó el estudio de las culturas ancestrales, como lo hizo con  la azteca,  la inca,  la maya y por supuesto la de esta parte de la Pacha Mama, recalcó. Sobre el cambio de nombre que se ha sugerido para este territorio, Romero opinó que cuando se utiliza el concepto es para identificar realidades. “Y este territorio es una realidad. Es para debatir. Nosotros, en Revolución, vamos a un cambio que va rumbo a la integración territorial, que es lo contrario a lo que planteaban la Colonia y la neocolonia”.

“Los imperialistas, por colocar un símil, se metieron en África y la seccionaron en parcelas particulares. Es lo que hoy se hace con Libia. Esa forma de actuar no se corresponde con la necesidad de salvar la vida en el planeta. Entonces, creo que este territorio llamado Valencia va hacia una integración mayor. A lo mejor en un momento determinado formaremos aquí un distrito de desarrollo de envergadura. Por ejemplo, en la parroquia Negro Primero convergen Guárico, Cojedes y Carabobo. Con la labor del Gobierno Bolivariano esta ciudad se proyecta como un polo de desarrollo”, repasó.

El analista añadió que en el municipio se han dado hitos históricos de mucha importancia para Latinoamérica. “Pero también se ha arremetido desde aquí contra los procesos de cambio. Es una dialéctica constante. Quedan aún resabios semifeudales,  incluso. De  hecho, la universidad que se fundó acá (Universidad de Carabobo) nació proimperialista”.

“Nunca se ha dicho, esa universidad la cierran – a manos de Cipriano Castro- porque se puso al lado de los ingleses, alemanes y estadounidenses durante la invasión contra la patria. Es decir, hay un antecedente histórico procolonial, proimperial. Hay una descendencia de nietos, tataranietos, de familias de apellidos conservadoras. Sin embargo, ellas chocan con la continua trasformación revolucionaria actual”, observó.

HERRARA GUBAIRA: UNA OPORTUNIDAD PARA EL FUTURO

Lucio Herrera Gubaira, comisionado de la alcaldía de Valencia para la celebración de la fundación de la ciudad,  indicó que -pese a la polémica por la fecha de la institución- desde el ayuntamiento hoy se ha llamado a obviar ese punto de que si fue en 1551 o fue Alonso Díaz Moreno en 1555. “Partimos de que los registros más aceptados apuntan al 25 de marzo (1555), cuando se tuvo el primer registro histórico”, precisó.

Esa fecha es la referencia de la ciudad ya organizada, pues anteriormente había habitantes aquí, apreció. “Se trataba de los tacariguas en las riberas del lago de Valencia. Si recordamos,  el 25 de marzo de 1955 fue conmemorado el cuatricentenario de la ciudad y fue una efeméride importante, pues los diferentes sectores sociales, culturales, empresariales, laborables entendieron que debían ponerse de acuerdo e hicieron una programación muy hermosa”.

Lo más trascendental en aquel momento, afirmó, fue que la localidad definió una vocación social y económica que era convertirse en la capital industrial del país. El Concejo de Valencia, presidido entonces por Teodoro Gubaira, empezó a dar los primeros pasos para abrir grupos importantes de empresas.

“Había una competencia sana entre el estado Aragua y Valencia. Esto nos debe llamar a la reflexión. Esa generación logró entender que debía ponerse de acuerdo por encima de las diferencias. Hoy, 60 años después, 460 años de la fundación, debemos seguir ese camino. Esta ciudad es percibida como la de mayor desarrollo”, instó.

MÁS HUMANA

A su juicio, muchas veces las diferencias políticas, de visión de los hechos históricos y sociales han provocado  “exagerado ruido” lo cual inhibe  a diversos factores a ponerse de acuerdo en asuntos fundamentales, que seguramente a cualquiera convendría. “Por ejemplo, que el desarrollo de esta ciudad ponga de primero al hombre por encima de muchas situaciones que pudieran considerarse progreso”, planteó.

-¿Pero siempre fue así? ¿Se había colocado al ser humano por delante?

-Creo que los tiempos han cambiado, que la sensibilidad que tenemos respecto al hombre con el ambiente hoy en día tiene muchísimo mayor valor que el que se le daba antes. Ciertamente,  podemos hacer unas líneas fundamentales, un acuerdo básico,  que todos los sectores políticos y sociales podamos llegar a ese entendimiento de hacia dónde va la ciudad.

“Son 460 años, lo cual significa que comienza una década y podemos hacer un alto y ver mucho más allá de las circunstancias, de los problemas cotidianos que hay que atender, indudablemente; de la responsabilidad en la ciudad que pudieran tener el Gobierno Nacional, el gobierno regional y el local. Si en algún momento podemos establecer esa corresponsabilidad que debe existir en las comunidades, con el ciudadano para ese futuro, es ahora”, planteó.

-¿Cómo ubica a Valencia en los próximos años en el contexto Latinoamericano y caribeño?

-Valencia tiene una ubicación geoestratégica y geopolítica importantes. Por ello fue en varias oportunidades capital de la República. Muy cercano tiene el principal puerto en Puerto Cabello; es una encrucijada de destinos hacia el occidente, hacia el centro y el sur. Está el parque industrial más importante; es una zona metropolitana que une a cinco municipios.

Proyectó esta zona en el futuro como el resultado que tenga la actual generación de poder reinventar muchos de los aspectos sociales “para que nuestros hijos quieran seguir viviendo aquí, que no emigren a otras ciudades”. En la alcaldía de Valencia “hicimos un trabajo de consulta en el que participaron las bases sociales, los Consejos Comunales, y creamos el plan de desarrollo. Debemos estar de acuerdo en la defensa de nuestro patrimonio cultural, histórico; en la creación de alternativas productivas, de nuevas empresas, bien sean grandes, pequeñas o medianas con compromiso social y ambiental”.

RECOGER LA BASURA

-¿Qué se debe mejorar en lo inmediato para Valencia? Uno camina en las calles y consigue montones de basura y multiplicidad de huecos, por ejemplo.

-Hoy en día debemos decir que la ciudad pasa por un momento depresivo en cuanto a lo económico. La recaudación ha bajado mucho. Eso no quita que nosotros no tengamos que generar otras fuentes para establecer la acción pública, de beneficio social. Es allí donde debemos profundizar lo que establece nuestra Constitución Nacional que es la cooperación de los diferentes niveles del Poder Público.

Por supuesto, es un reto de la alcaldía ser más eficiente, aceptó. De acuerdo con su óptica, el Ejecutivo local “lamentablemente creció mucho en su tamaño”; es decir, que ostenta una nómina cercana entre activos y jubilados de 5 mil personas. “Y es un municipio que está afectado económicamente. Hay que buscar fórmulas para que esas personas puedan ir a otros espacios productivos y que la ciudad vaya a un ente gerencial mucho más eficiente”, expuso.

Sobre la recolección de basura, alegó que “se está mejorando” y con la estación de transferencia se optimizará el proceso del aseo público, pues las unidades “no tendrán que ir a hacer una cola en La Guásima, sino que será mucho más rápido”.

El tema de la vialidad “debe ser mejorado. Pero el ciudadano debe mejorar su relación con el ambiente. Pese a todo, la verdad es que estoy convencido de que vienen tiempos mejores, pues estoy enamorado de Valencia, de sus habitantes”, pronosticó.

-¿Todavía existe la división de facto entre el sur y el norte?

-El escenario urbanístico de la posguerra fue del centro hacia el norte, buscando incluso la cuestión climática.  Pero uno ve ahora en la parroquia Miguel Peña cómo se van generando posibilidades. Yo, es mi opinión personal, pienso que Miguel Peña pudiera ser un municipio. ¿Por qué la gente de allí no pudiera  tener su propio alcalde,  su propio parque industrial?… Es decir, esa división entre norte y sur nos hace daño. El norte y el sur de la ciudad son indivisibles. De hecho, en el sur de Valencia se libró la batalla fundamental de la Independencia, en el Campo de Carabobo.

-Los bolivarianos se han manifestado contra La Cosiata, un hito fijado en Valencia, que provocó la ruptura con la Gran Colombia y el ideal del Libertador. ¿Usted está de acuerdo con lo que ocurrió en 1830?

-Verlo desde un solo punto de vista es reducir lo que ocurrió. La Cosiata no fue hecha por los valencianos; fue fruto del proceso constituyente de 1830. En ese momento, después de haber librado todas esas batallas, pasamos a ser los venezolanos como una especie de provincia de Santa Fe de Bogotá.

“Fue como una reacción ante el centralismo que se dio en Bogotá. Fue una espacie de revolución que se dio, pues los venezolanos querían mayor participación. Tal vez el sueño del Libertador sufrió ese problema, pues no tuvimos la capacidad, los grancolombianos de entonces, de superar nuestras diferencias”, concluyó el vocero valenciano.

T/ Luis Tovías Baciao
F/ Archivo CO