Para el cineasta venezolano José Antonio Varela los sucesos de abril de 2002 deberían “ser no solo una película sino que se debería abrir un espacio de investigación, que tenga su lógica de funcionamiento en universidades, en cátedras, para que se puedan generar a partir de allí otros de ficción, otros trabajos documentales donde profundicemos y donde tratemos de entender qué pasó en abril de 2002”.
El realizador -que le da los toques finales a un largometraje sobre el golpe de Estado de hace 13 años- sostiene que más de una década después la sociedad venezolana no tiene duda en que en aquel momento se rompió el hilo constitucional. No obstante, ha sido la “sociedad que en estos diez años ha construido ese relato y lo ha establecido, porque hace 10 años ni siquiera eso”.
El guión de la película que Varela espera estrenar el cuarto mes de 20016, parte de la investigación recogida el libro del periodista Ernesto Villegas, Abril, golpe adentro (2009), un texto que “organiza unos días fundamentales en nuestra historia contemporánea, 11, 12 y 13 de abril (de 2002)” que en oportunidades lamentablemente han sido simplificados” y “como seres humanos serios, con rigor, debemos devolverle a la realidad su complejidad”.
El golpe de 2002 “no es una consigna que salga de un lado o del otro, el 11 de abril es un espacio humano complejísimo con miles de aristas, con muchas cosas que todavía no se han resuelto, con muchas cosas que hay que analizar y entender”, añadió.
A decir de Varela, todavía hay mucho que comprender de lo sucedido en 2002. “Esta película es particular porque es un trabajo histórico pero de una historia que está viva, muchas de las personas que la vean van a tener un recuerdo sobre el 11 y 12 de abril, o van a tener una opinión formada, y la película los va a confrontar”, prometió.
LA RUPTURA
El cineasta participó encabezó ayer un conversatorio con estudiantes en la Sala Hugo Chávez del Colegio Universitario de Caracas, en el que resaltó que uno de los aspectos que quiso priorizar en su nuevo largometraje fue la ruptura del pacto social el 11 de abril, cuando dos concentraciones humanas en las calles, con opiniones y condiciones distintas, sufren una “conspiración terrible, que de una forma maquiavélica termina produciendo una serie de muertos, que matemáticamente, son mitad y mitad de cada bando”.
“Hay una gente que hizo un plan sobre eso que ocurrió y hacerse con el poder político venezolano, saltándose cualquier lógica de funcionamiento civilizado. Esa es una lección muy importante de Abril, entender que siendo diferentes tenemos que llegar a acuerdos y pactos sociales que nos permitan convivir, vivir mejor y que nuestra sociedad avance”, recalcó el autor.
En Abril hay una metáfora de la vida real -apuntó José Antonio Varela- en la que después de los episodios de violencia en las calles de Caracas todas las víctimas asesinadas de cada bando fueron a parar al Hospital Vargas.
“Es una metáfora fabulosa de lo que puede ocurrirnos sino llegamos a respetarnos y entendernos. Todas esas víctimas, de un grupo pequeño que no se pudo imponer, intentó saltarse todas las reglas democráticas e hizo un plan tan terrible como el de abril. Son unos crímenes y unos asesinatos que todavía no están resueltos”, acotó.
Varela lamentó que las víctimas del golpe de 2002 no se les ha hecho el honor de clarificar completamente lo que ocurrió: “Por eso es tan importante que Abril, no sea solo una película, un documental… y sea un espacio de investigación”.
DEL RODAJE
Abril, la película, se filmó este año luego de año y medio en la elaboración del guión elaborado por Luis Alberto Lamata y los hermanos José Luis y José Antonio Varela. El filme se realizó este 2015, con 12 semanas de preproducción, 8 semanas de rodaje y otras 10 en postproducción. “La obra está prácticamente lista”, afirmó el director, que le presentó a las y los estudiantes del instituto universitario un demo de unos minutos de la cinta.
El realizador señaló que la producción se filmó en los lugares reales donde sucedieron los hechos, con un elenco de 50 actrices y actores en roles protagónicos, aunque en algunos días de rodaje contaron con 400 o 500 personas en el set, con la participación de figuras conocidas de la actuación como Aura Rivas, Aníbal Grunn, Francisco Denis, Costas Palamides, Adolfo Nittoli, Alberto Alifa, Alberto Rowinski, Antonio Cuevas, Alejandra Rojas, Alejandro Palacios, Arnaldo Mendoza y Carlos Arrollo., entre otros.
La interpretación del comandante Hugo Chávez la hace un “hombre del pueblo”, con mucho parecido al exmandatario, que se llama Alí Bazan, y se desempeña como taxista en el estado Aragua. Para la película, el conductor recibió entrenamiento actoral, describió Varela, quien admite “que uno se sorprende cuando lo ve en el demo”.