Presidió el acto Iris Varela|Venezolanos privados de libertad rindieron homenaje al Comandate Chávez en capilla ardiente

Personas privadas de libertad rindieron un homenaje póstumo este miércoles al presidente Hugo Chávez en la Academia Militar ubicada en Caracas, lugar donde reposan en capilla ardiente los restos del Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.

El acto fue presidido por la ministra del Poder Popular de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela. “Gracias Comandante por devolvernos la independencia, no te fallaremos”, afirmó la alta funcionaria durante la actividad transmitida por Venezolana de Televisión.

Composiciones del cantautor venezolano Alí Primera, tales como Canción Mansa para un Pueblo Bravo y Los que mueren por la vida, fueron ofrecidas al líder inmortal.

Asimismo, fue interpretado el Himno de los Blindados Bravos de Apure, todas piezas muy apreciadas por el líder bolivariano, señaló la titular de Asuntos Penitenciarios.

Las obras musicales fueron interpretadas por la Orquesta Sinfónica Penitenciaria con las voces del coro del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), precisó Varela.

La poesía también se hizo presente en el homenaje al Comandante eterno con la declamación de la pieza No es un Adiós, recitada por la joven Maigualida Sifontes.

Los restos mortales del presidente de la República, Hugo Chávez descansan en capilla ardiente desde el pasado miércoles 6 de marzo. Desde esa fecha millones de personas provenientes de diferentes estados del territorio nacional han hecho largas filas para despedir al segundo Libertador de Venezuela, tal como el pueblo lo ha bautizado.

Texto/Sandra Izarra
Foto/Captura de VTV

Excelente mensaje para aquellos que todavía sueñan con dominarnos, no se han dado cuenta que con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, el sumiso, el humillado, el pendejo, despertó, y despertó para siempre.

  • La figura de Chavez se agigantará con el tiempo. Millones de seres humanos recordaran su obra y su lucha continuará en todos los ricncones del planeta donde exista una injusticia.

  • ¿Ha muerto Chávez?
    Ha muerto Chávez. Lo mejor del mundo desfila ante su cadáver luminoso: Mujica, el uruguayo eterno; Ortega, luchador incansable de los nicaragüenses; Correa, líder de los ecuatorianos rebeldes; Evo, el indio defensor de los derechos ancestrales del pueblo boliviano; Raúl, celoso guardián del socialismo cubano. Latinoamérica y el Caribe entero están presentes ante el féretro sagrado del hijo de Bolívar. De allende los mares llega: Lukashenco, el incorruptible bielorruso; Admadineyad, (al que los venezolanos ofrecen una extensa ovación) el valeroso iraní a quien no le tiembla la mano para defender el derecho de su pueblo al uso pacífico de la energía nuclear; Jesse Jackson, el pastor norteamericano que lloró de alegría cuando otro negro: Barack Obama, ganó la presidencia del imperio yanqui para dejarlo todo igual, o peor.
    ¡El pueblo heroico de Venezuela, volcado en las calles, llora la muerte de su líder! Todos quieren verlo por última vez, la fila infinita se pierde en el horizonte de las avenidas caraqueñas, el país se estremece, llora y las lágrimas se convierten en abono del árbol venerable de la revolución bolivariana, la revolución llanera, la revolución de los pobres y olvidados de siempre, de los cerros irredentos, del obrero sin empleo, del ciego hasta ayer sin hospital, del joven hasta ayer sin futuro.
    ¡Chávez ha muerto! Grita a viva voz, eufórica, la derecha fascista venezolana, la escucha con beneplácito la derecha mundial. Y vierten juntas, sobre el cuerpo divino, su blasfemia y rencor. No soportan que el Chávez mestizo los derrotara una y otra vez en las urnas, en el golpe militar, en el paro petrolero, en las guarimbas callejeras. No soportan que la revolución bolivariana y chavista brindara salud gratuita para todos, enseñara a leer y a escribir a los analfabetos, abriera las universidades a los sectores más humildes de la sociedad, pusiera la renta petrolera al servicio de la nación, defendiera la soberanía e independencia de Venezuela y de nuestra América, derrotara el ALCA, fundara el ALBA (Alternativa Bolivariana para América) cemento poderoso de la CELAC y UNASUR.
    ¡Ha muerto Chávez! Vociferan los medios de la confusión y el engaño. Y no ven que Chávez vive en su pueblo bolivariano, en las misiones sociales, en los hospitales modernos construidos bajo su égida, que espantan al dolor y la muerte, en las escuelas preciosas con sus niños uniformados, en las fuerzas armadas que nunca más volverán sus armas contra el pueblo, en el rescatado orgullo venezolano que puede hoy exclamar: ¡tenemos patria! Chávez vive en la alcanzada unidad latinoamericana, de la que ha sido aliento fecundo y espíritu superior.
    ¡Chávez ha muerto! Comentan con regocijo los halcones del imperio, y afilan sus garras pensando en el petróleo que subyace en las entrañas del portentoso Orinoco. Pero, ciegos, no aciertan a ver que PDVESA es propiedad del pueblo valeroso y humilde de Venezuela, que ya no permitirá el regreso a sus oficinas de los oligarcas y ladrones, de los burócratas de cuello y corbata que con tal de que los dejaran malversar, permitían que robaran a su pueblo las riquezas y andaba el indio descalzo y con hambre, el obrero sin empleo, el campesino sin tierra, el maestro sin trabajo, el enfermo sin salud, la madre sin alimentos.
    ¡Ha muerto Chávez! Celebran los partidos opositores con la esperanza de regresar al Palacio de Miraflores, para gobernar de espaldas al pueblo, para barrer las misiones sociales, para dinamitar las conquistas de la revolución, para privar de luz a los enfermos visuales, de educación a los hijos de los atrevidos obreros y campesinos, que quieren ahora, intrusos, dominar la ciencia y la técnica, para volver los fusiles contra los hambrientos, para negar las ideas del Libertador, disolver el ALBA y Petrocaribe, apagar Telesur, destruir el Banco del Sur, el banco de la independencia.
    ¿Qué ha muerto Chávez? Preguntan airados los millones de venezolanos que inundan las calles de todo el país en doloroso desfile, y se autoresponden firmes, orgullosos: ¡Todos somos Chávez! ¡Todos somos Chávez! Y la revolución temida se muestra en su poderío, su esplendor, y millones de Chávez recorren las calles y avenidas, levantan su puño amenazante contra los escuálidos de siempre, los corruptos de siempre, contra el fascismo de siempre. Y todos comprenden entonces que Chávez con su desaparición física se multiplica, se convierte en millones, regresa eterno, se hace indestructible, se convierte en estandarte glorioso de las causas más justas del planeta, regresa, se expande, inunda los llanos, se derrama por las costas, atraviesa los océanos y llena con su luz la oscuridad de la tierra, la esperanza de un mundo, que puede ser mejor.
    José Angel Turro.
    10-3-13.