En 2024, el Ejecutivo nacional llevó a cabo un despliegue de diversos mecanismos de diálogo liderado por el presidente constitucional la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, donde se fortaleció la diplomacia de paz y formó parte para el posicionamiento de la nación ante el mundo, pese a las medidas coercitivas y unilaterales ilegales impuestas por el Gobierno de Estados Unidos, en consonancia con la campaña mediática de descrédito.
En el pasado mes de mayo, Venezuela y China rubricaron un acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones. Este contempló el impulso de inversión para las empresas del país asiático en la nación bolivariana. Además, incluyó la participación de compañías del país caribeño en la nación asiática.
Durante el mismo mes, el jefe de Estado firmó la Ley Aprobatoria de Servicios Aéreos entre ambos países, iniciativa para buscar de favorecer el turismo con el gigante asiático. De igual modo, se promovió las relaciones con la Federación de Rusia donde se firmaron varios acuerdos que apuntan a sostener la relación beneficiosa, que se produjo como parte de un nuevo encuentro de la Comisión Interministerial de Alto Nivel Venezuela-Rusia.
Otro escenario fue la Cumbre de los BRICS, celebrada en la ciudad rusa de Kazán en que se planteó una nueva geopolítica, normas que rijan el desarrollo mundial con énfasis en el multilateralismo y el respeto a la autodeterminación de los pueblos para que puedan desarrollarse independientemente.
En ese sentido, la presencia de Venezuela en la Cumbre de los BRICS significó un avance muy importante para el mundo. En esa oportunidad, el presidente, Nicolás Maduro abogó por nuevo mundo fundamentado en la multipolaridad que deje atrás el viejo mundo basado en la hegemonía estadounidense.