Venezuela, México, Bolivia y Nicaragua implementan actualmente la figura de “acompañantes internacionales electorales”, con lo cual dejan atrás aquella de los «observadores», en un ejercicio de soberanía que viene no solo a hacer un cambio semántico sino a establecer nuevos parámetros.
El Instituto Federal Electoral (IFE) mexicano va un paso más allá y llama a los acompañantes “visitantes extranjeros”, de acuerdo con un documento que establece los criterios para normar su presencia en actos de votación, publicado en el sitio web del IFE http://www.ife.org.mx/portal/site/ifev2/Visitantes_extranjeros/
En 2007, Venezuela puso en práctica la figura del acompañamiento, con la intención de generar un acercamiento sin sospechas a nuestro sistema electoral -100% auditable- y sobre la base de que son los actores políticos nacionales quienes deben cumplir con las labores de observación que derivan en sugerencias e incluso en cuestionamientos.
Roso Grimau, representante electoral del Partido Comunista de Venezuela (PCV), expresó que las misiones de observación de la Unión Europea (UE), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización de Naciones Unidas (ONU) generalmente obedecen a criterios colonialistas.
“Utilizan a sus observadores para generar matrices. Se extralimitan en sus funciones, pretenden intervenir como jueces del proceso”, indicó Grimau, en alusión a lo que ya ocurrió en naciones como Guyana, Siria o Nicaragua, donde las misiones adelantan opiniones y cuestionan eventos de alta participación, generando así tensiones en la vida política.
Criticó que estas misiones actúan de este modo sólo en algunos países y no en los procesos norteamericanos o europeos. Recordó el sonado caso del año 2000, cuando el ex presidente George W. Bush fue nombrado mandatario de Estados Unidos sin contar con la mayoría de votos.
En 2009, durante el referendo por la enmienda constitucional, el eurodiputado Luis Herrero, del Partido Popular español, fue expulsado por emitir opiniones sobre procesos netamente internos. Consideró como “maniobras poco democráticas” que el Consejo Nacional Electoral (CNE) extendiera de 4:00 a 6:00 de la tarde el proceso de votación para permitir a los votantes en cola ejercer su derecho con mayor holgura.
SIN INJERENCIA
El reglamento del CNE dispone que los acompañantes “no podrán emitir declaraciones ni opinión en general y en particular sobre asuntos internos. Se abstendrán de inducir, persuadir u orientar al electorado”.
Las normas mexicanas establecen igualmente que los “visitantes” no podrán “intervenir de modo alguno en las actividades de la autoridad electoral, de los partidos políticos ni sus candidatos, de los ciudadanos mexicanos ni en los demás asuntos políticos del país”.
El CNE expresa que es a los actores políticos nacionales y a las organizaciones civiles a quienes corresponde observar. “Las actividades de observación nacional electoral sólo podrán realizarse a través de las organizaciones de carácter civil”, reza el reglamento que rige el acompañamiento y observación vigente.
En paralelo, el árbitro electoral podrá invitar a la observación a determinados ciudadanos que se hayan destacado por su conocimiento, trayectoria o reconocida labor en materia electoral.
Para las elecciones de este domingo 14 de abril están presente en el país 150 acompañantes internacionales y las misiones de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) junto a delegaciones del Mercosur y del Centro Carter.
Entre los acompañantes hay expertos electorales, parlamentarios, representantes de organizaciones políticas, gremiales, sindicales, periodistas y académicos, provenientes de América, Asia, África y Europa.