En medio del caos financiero que sacude a los mercados y bolsas de valores del mundo a causa de los aranceles, anunciados por Donald Trump, Venezuela anota un nuevo incremento mientras las bolsas de Sudamérica caen en picada. El estado venezolano se mantiene indemne al reportar la Bolsa de Valores de Caracas un alza del 1,81 por ciento, y es así la única en verde en toda la región.
Por su parte, el Merval argentino sufrió una caída de -10,3 por ciento, Sao Paulo cayó 2,91 por ciento, Santiago de Chile retrocedió 1,8 por ciento y Bogotá registró un -3 por ciento. En Estados Unidos, el panorama tampoco es alentador: el Dow Jones Industrial Average se desplomó en 984 puntos, reflejando el pánico generado por la medida de Donald Trump.
La caída de las principales bolsas del mundo se produjo tras la reactivación de la política de aranceles generalizados por parte de Trump, una medida proteccionista que ha comenzado a golpear las economías dependientes de la exportación de materias primas y manufacturas, típicas en América Latina.
A esto se suma la incertidumbre por los conflictos globales por los recursos energéticos, la guerra tecnológica entre grandes potencias y una posible crisis inflacionaria. En medio de este escenario, Venezuela mantiene su estabilidad financiera, si no que además presenta signos de recuperación económica tras años de asedio internacional, sanciones y guerra económica.
El país suramericano, constantemente estigmatizado por los medios occidentales, demuestra una resiliencia que cuestiona los paradigmas neoliberales aplicados en el resto de la región.
Nuevo Orden Petrolero mundial
De acuerdo al analista Alfredo Jalife-Rahme, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, es el único mandatario latinoamericano que entiende el Nuevo Orden Petrolero mundial y añadió que Venezuela es el país de la región que obtiene ganancias en su Bolsa de Valores.
La afirmación de Jalife no resulta casual, ya que Venezuela ha ido fortaleciendo su economía a través de mecanismos alternativos, diversificación productiva y una nueva arquitectura financiera que rompe con la dependencia del dólar. Para el analista, el Gobierno venezolano ha apostado por alianzas estratégicas con países emergentes del sur global, especialmente en el campo energético y tecnológico.
A diferencia de Caracas, Buenos Aires vivió una pesadilla, ya que el desplome bursátil vino acompañado de un salto del riesgo, país que superó los 900 puntos básicos, augurando una mayor dependencia del Fondo Monetario Internacional y posibles nuevos ajustes que podrían agudizar la crisis social.