La República Bolivariana de Venezuela manifestó en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (OUN) su rechazo a toda situación de violencia desencadenada en el este de Ucrania, a la persecución étnica y política, así como a los actos de terrorismo en todas sus manifestaciones independientemente de quién los cometa y cualquiera sean sus motivaciones.
La posición del Estado venezolano la fijó su representante ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Rafael Ramírez, este viernes, durante la sesión de esta instancia efectuada en la sede del organismo en Nueva York, Estados Unidos, para analizar la situación que se vive en el este de Ucrania.
Ramírez señaló que Venezuela observa con optimismo la evolución favorable que han tenido las perspectivas a una solución política en Ucrania, en especial desde que el Consejo de Seguridad adoptara la resolución 2202 en respaldo a la decisión convenida por los mandatarios de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania el 12 de febrero en Minsk, capital de Bielorrusia, para el alto al fuego.
Recaló que estos acuerdos deben contar con el acompañamiento de la comunidad internacional, y «abrigamos la esperanza de que las partes respeten el alto al fuego de forma tal que los acuerdos puedan implementarse cabalmente».
Además del alto al fuego, estos acuerdos establecen el retiro de armas pesadas de Ucrania, el control y seguimiento a la situación por parte de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce), discusión sobre futuro estatus de las regiones en conflicto, indultos y amnistías para los participantes en el conflicto, creación de corredores humanitarios, retirada de las fuerzas extranjeras de Ucrania, entre otros.
Ucrania está inmersa en una crisis interna desde febrero de 2014, tras el golpe de Estado contra el presidente Viktor Yanukóvich y el inicio de una ola de represión contra miles de ciudadanos que manifiestan su rechazo a los golpistas.
La operación arreció luego que Petro Poroshenko asumiera la Presidencia, en junio pasado, al intensificar el envío de tropas militares en el sureste de Ucrania, en especial en Donetsk y Lugansk, regiones que declararon su autonomía de ese país mediante referendos.
Ramírez manifestó la preocupación de la nación venezolana por los más de 6.000 asesinados, 14.740 heridos y el millón de desplazados internos registrados, así como por la delicada situación en la que se encuentran los civiles en dichas regiones.
«Por ello, reiteramos que las partes deben observar estrictamente lo acordado en Minsk el 12 de febrero en materia de protección de civiles y respaldar un proceso que permita atender la situación humanitaria», insistió.
En nombre de Venezuela, Ramírez llamó a las partes a abstenerse a tomar acciones que afecten los anhelos de paz y estabilidad de las poblaciones afectadas.
«Venezuela respalda el principio de solución pacífica de controversia y ve positivamente la labor que desarrolla la Organización de la Seguridad y Cooperación Europea para apoyar la implementación efectiva de los acuerdos de Minks, incluyendo el retiro de armamento pesado por parte de los actores involucrados», dijo.
Subrayó que la situación de derechos humanos es preocupante en toda la región, por lo que se hace imperativa una solución política y diplomática al conflicto, y este «Consejo de Seguridad debe respaldar de manera imparcial, transparente y sin segundas intenciones la aplicación efectiva de la resolución 2202 y el cumplimiento pleno de los acuerdos de Minsk del 12 de febrero de este año».