Por Ramón Alirio Contreras|Venezuelan coffee, C.A. (Opinión)

Esta mañana preparaba café, cuando fui a buscar el recipiente donde lo guardo, me di cuenta de que se acababa. Busque la bolsa del café que quedaba y era Café Venezuela, con una foto del comandante Hugo Chávez en su empaque. Esto me hizo pensar en los acontecimientos de las últimas semanas. Hoy se cumple un mes exacto de la elección de la nueva Asamblea Nacional (AN), que ayer se instaló. No se trata del Gobierno o un suprapoder que está por encima de todo lo demás en el país, pero no es así como parecen entenderlo los opositores. Esto muestra su propio talante, es el mismo del 12 de abril, cuando borrachos de poder impusieron el gobierno de facto más breve de la historia.

Una etiqueta en redes sociales llamaba poderosamente la atención, “Venezuela quiere futuro”, decía la etiqueta usada para celebrar la elección del nuevo Presidente de la AN, el mayor dinosaurio de la política nacional. Ese “futuro” del que hablan, es un atajo a la velocidad de la luz al pasado. Ya los empresarios hacen su pliego de peticiones, los inversionistas ven la posibilidad de compra de empresas nacionales a cómodos precios.

La agenda de la derecha se irá imponiendo en el país, porque le dimos la cancha para ello. Es muy probable que tomen el Poder Ejecutivo este año y el control del país, ya que están recuperando el poder político, porque el económico siempre lo tuvieron. El capitalismo atroz que se vive en Venezuela lo demuestra. Somos un país con un Gobierno que tiene principios y acciones socialistas, pero que no se traduce en el sistema de vida en el que vivimos. Y en mi opinión personal, la mentalidad del venezolano es el principal obstáculo para ello. Seguimos educando para ese sistema. En nuestras escuelas nacionales, los maestros no tienen ni la menor idea de cómo se genera una educación liberadora. Todos estos años nos hemos engañado creyendo que la educación liberadora es dotación material, que está bien, sin ocuparnos de una verdadera transformación espiritual de nuestra doctrina educativa.

En el nefasto escenario de que la derecha tome el poder, por los medios que fueren, tienen un terreno mejor abonado que el que tuvimos para hacer la Revolución. No obstante, aunque Café Venezuela pase a llamarse en un futuro Venezuelan Coffe C.A, y la bandera de fondo sea azul, roja con estrellas, siempre hay una semilla rebelde en el alma venezolana, que no se doblega y que no es el mismo pueblo de los últimos 150 años previos a la Revolución.

@racontreg