Sólo alguien que esté disociado de la realidad puede pensar que siguiendo malos pasos puede alcanzar buenos resultados. Y si ello está acompañado de una experiencia de fracasos acumulados, ya el cuadro pasa de grave a crítico.
Con las heridas acumuladas en el muy acontecido año 2014 aún sin sanar, ya algunos pocos apuestan por retomar el guión de la violencia y el desvío de la institucionalidad, en una perversa proyección de los peores momentos de guarimbas y caos que signaron el comienzo del pasado año. La actitud de la oposición en la Asamblea Nacional durante el pasado diciembre fue el preámbulo de lo que hoy pretenden reeditar: patear la institucionalidad y las más elementales normas del debate democrático, afanados en transitar caminos desviados de la democracia.
Que existen realidades sociales adversas como la escasez o la inflación, es innegable. Que éstas sean exclusiva responsabilidad del Gobierno Nacional y en particular del Presidente Maduro como estos sectores quieren hacer creer, también. Cuando este injusto personalismo se suma a un retorno al desconocimiento de la Constitución y las Leyes como sucedió hacia 2002, la apuesta de algunos radicales parece ser la vuelta al caos y la degustación de un coctel de anarquía, caída de los precios del petróleo y malestar social real o inducido, aparentemente convencidos que una crisis nacional afectaría sólo a algunos. Abominable e irracional receta que indefectiblemente les conducirá a nuevas derrotas.
Conocida estas intenciones, el llamado al Estado y al Pueblo es a estar alertas ante cualquier acción de esos desesperados. Al Estado corresponde parar en seco cualquier acto vandálico y las distintas acciones desestabilizadoras que se intentan desplegar, asistidos por la fuerza que concede el respeto a las leyes y la garantía a la convivencia colectiva; al Pueblo corresponde hacer caso omiso a llamados desestabilizadores, a huelgas, a acciones de calle violentas y al desconocimiento de la Ley. No dejar brecha para que germine la semilla del caos que algunos insisten en inocular es tarea de todas y todos. Allá quienes insisten en buscar cualquier excusa o detonante en vez de orientar constructivamente sus esfuerzos para que sigamos construyendo colectivamente la Patria que queremos. Mientras gastan en ello sus energías nosotros seguimos transitando el camino de la paz e invitándolos a que por él caminemos juntos.