Columna el sur también existe|Vigilar y castigar (Opinión)

Los aviones encendieron el cielo. El humo se levantó alto y el fuego fue devorando la esperanza. Se bombardearon los sueños, la alegría, la lucha, el trabajo en las fábricas, fue en Chile y allá cayó un Presidente hermano. Tras él, cientos decenas de miles fueron desapareciendo. Aquí y más allá en un concierto de horror se buscó hacer ortopedia social para acabar con la “amenaza” comunista. Para ello había que diseñar e implementar una metodología de reeducación social, se vino el Plan Cóndor.

¿Cómo podían creer algunos que era posible pensar en un mundo mejor? Un mundo con igualdad en las oportunidades, con una distribución justa de los recursos de cada país. ¿Cómo no anular a través del exterminio o la tortura las aspiraciones de los pobres a tener más poder que ese de votar en cada elección? Entonces, una escuela, sí, una donde ensañan a los militares y cuerpos represivos cómo se combaten las amenazas al modo de vida del capitalismo. La Escuela de las Américas es un órgano de ese preocupado defensor de los Derechos Humanos, como lo es Estados Unidos, para formar dictadores, torturadores, especialistas en desaparición forzada de personas, entre otras cientos de prácticas para perseguir a los disidentes del sistema.

Hoy, con la nuevas sanciones que el imperio decreta contra Venezuela, se sigue aplicando la misma lógica. Hay que reeducar al continente, hay que reorientar a los descarrilados. El fin del Gobierno de Estados Unidos al establecer relaciones diplomáticas con Cuba y poner una embajada, es para tratar de penetrar sectores de la sociedad y acabar finalmente con la Revolución Cubana. Dicen por ahí que en Estados Unidos no hay golpes de Estado, porque no hay embajada estadounidense. Quizás eso buscan al poner una en la Isla Mayor del Caribe.

Lo mismo que buscan día a día con la Revolución Bolivariana, destruirla por completo. Así, al sancionarnos, somos el cuerpo del torturado, el cuerpo que busca ser el modelo de sanción y castigo, para que otros dejen de seguir el mal ejemplo que les da Venezuela. Con las sanciones del infame decreto del presidente Barack Hussein Obama, se trata de mandar colateralmente un mensaje al resto de los países de la región, para que dejen de creerse libres. El error de cálculo está en que somos el pueblo del libertador Simón Bolívar y el comandante Hugo Chávez.

T/Ramón Alirio Contreras
@aliriocontreg