Willy Gil muestra su perspectiva de las zonas populares en la exposición Ciudad y utopía

Cerca de 20 piezas elaboradas desde 2010 hasta este año, en pintura acrílica sobre tela, ofrecen una interpretación sobre las barriadas caraqueñas de este artista plástico y arquitecto

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Una reflexión sobre la arquitectura caraqueña, la historia local y las complejidades y contradicciones del arte de construir, usar y distribuir edificios es el planteamiento de la exposición Ciudad y utopía, una iniciativa del arquitecto y artista plástico Víctor “Willy” Gil que se exhibirá durante un mes en la tienda de la Red de Arte, situada en la esquina Catedral de la plaza Bolívar de Caracas.

Desde este espacio donde se trazó la cuadrícula primigenia donde surgió el ordenamiento planimétrico de Caracas, Willy Gil, por medio de unas 20 pinturas elaboradas en acrílico sobre tela, ofrece una interpretación plástica de su experiencia de aproximadamente 15 años, durante los cuales ha tenido la oportunidad de sumergirse en las entrañas de los barrios capitalinos, desde muchas perspectivas, una de ellas como arquitecto encargado de acompañar simultáneamente a unos 13 consejos comunales en la creación de proyectos arquitectónicos.

Según apuntó Willy Gil en conversación con el Correo del Orinoco, Ciudad y utopía, más que intentar ofrecer respuestas, plantea preguntas al espectador sobre la estética de los barrios caraqueños “¿Son los barrios arquitectura? Todavía no se sabe, lo dirá la historia”, se preguntó y respondió el artista.

TROPICROMÁTICOS, HABITABLES Y HUMANOS

En cualquier caso, las y los visitantes a esta muestra encontrarán una visión que se expresa en códigos cercanos al impresionismo abstracto y marcas gestuales propias de la pintura de acción (action painting), cuya intención es centrar la atención reflexiva, “optimista” y “amorosa” sobre las barriadas de Caracas, “siempre con un cielo azul y palmeras de nuestros queridos barrios. Está El Valle, La Vega, El Junquito, San José y Antímano como protagonistas del hecho artístico. Son barrios tropicromáticos, habitables y humanos”, menciona el texto elaborado para la muestra.

Para Willy Gil, en el contexto actual los barrios no son arquitectura, más aún, son antiarquitectura: espacios que surgieron sin ninguna planificación previa, circunscritos a un contexto social y económico apremiante en el cual el ordenamiento urbanístico y los fundamentos estéticos están, tal vez, en un tercero, cuarto o quinto plano de importancia.

ARQUITECTURA PARA EL FUTURO

Pero esa respuesta no es definitiva, advierte el artista plástico y arquitecto. La situación actual es susceptible de cambio en el futuro. Quizás harían falta -según estimó- aproximadamente unas dos o tres centurias y varias generaciones, además de una continuidad en la voluntad política para que los barrios estén organizados con servicios básicos eficientes, áreas verdes bien delimitadas y definidas y protegidos con sistemas antisísmicos para incorporar a los barrios en el arte de la arquitectura.

Vivir en un barrio, aseguró el artista, es la única manera de atreverse a esbozar un concepto de este. “La palabra arquitectura implica un culto que no calza en los barrios. El círculo cerrado del yo está encubierto y olvidado”, menciona el texto de la muestra.

“El caminar por un barrio desconocido produce sensación de desamparo y de total perdimiento, pero luego el miedo y el no ser deja de ser una amenaza. Pero siempre está presente la muerte, ya sea por la violencia o por el hambre. Viviendo en un barrio no hay preocupaciones intelectuales. Lo real es el Jeep, el cemento, el bloque, la cabilla, el agua, la comida. No hay teoría. Es el vivir de instante a instante. Vivir los hechos sin condenarlos ni justificarlos, ser lo que nos acontece. Sentimos que no somos el centro de lo que acontece, que estar identificado con el Yo, en su estilo cerrado. No hay motivo profundo para que nos torturemos por haber fracasado en la vida, ya respirar es importante…”, reflexionó Gil.

A manera de ejemplo, el arquitecto comentó que una familia en un barrio puede durar generaciones viviendo con un piso de tierra y goteras en el techo. “Eso no cambia porque existen otras prioridades. Sin embargo, eso genera traumas, molestia, incomodidad”, acotó.

A SU SALUD

Esta propuesta ya tuvo una primera versión el año pasado cuando se inauguró en el Museo de Bellas Artes (MBA) la muestra Comuna y creación, una iniciativa que se concretó gracias al apoyo del MBA, el Ministerio para las Comunas y la Universidad Bolivariana de Venezuela.

En esta oportunidad se trata de una nueva lectura o perspectiva del mismo discurso que surge de una investigación de aproximadamente 15 años, esta vez ampliado con unas piezas nuevas y otras reflexiones. En general, se trata de obras realizadas desde 2010 hasta este año.

Una diferencia de la anterior, como ocurre en todas las exposiciones instaladas en la Red de Arte, es que las piezas están disponibles para la venta. De manera que Ciudad y utopía se hace en esta oportunidad para recolectar fondos por la salud del autor que sufrió recientemente una afección cardíaca, por lo cual debe tomar medicamentos de forma continua.

“Estoy haciendo esta exposición que implica un trabajo de muchos años, para recolectar fondos para comprar mis medicamentos” uno de los cuales, para el momento de la entrevista, costaba un millón y medio de bolívares por una dosis mensual.

MANDALAS POR LA PAZ

Para mediados de este año Willy Gil tiene previsto ofrecer una nueva propuesta, siempre bajo su línea de investigación vinculada a la arquitectura, la ciudad y los barrios populares, titulada Mandalas por la paz.

La muestra que tendrá lugar en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón, con el apoyo de su director Clemente Martínez, estará compuesta por una serie de pinturas que representan fragmentos de ciudades vistas desde una perspectiva cenital, con formas que asemejan a las de los mandalas.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Roberto Gil
Caracas